La princesa Catalina de Gales fue ayer la anfitriona de un compromiso público por primera vez después de su largo retiro y paulatino regreso a la vida pública tras el cáncer. En esta cuarta edición de su concierto anual de villancicos Together at Christmas (Juntos en Navidad) en la abadía de Westminster, la princesa llegó sin la compañía de otros miembros de la familia real británica para supervisar los arreglos finales.
Antes de que se uniera a ella el príncipe Guillermo de Gales, sus hijos Jorge, Carlota y Luis y otros miembros de la familia real, Middleton reapareció flanqueada por dos sacerdotes de la Iglesia anglicana, algo que ahonda en las sospechas de su creciente espiritualidad tras su recuperación. Según reveló el biógrafo Robert Hardman en un reciente libro, Catalina “se había interesado bastante más en cuestiones de fe como resultado de su afección”.
Middleton convocó a 1.600 invitados para destacar la importancia del amor en “nuestros tiempos más oscuros”
Los príncipes de Gales junto a sus hijos, ayer.
En este duro año para la familia real británica y en especial para la princesa de Gales, el tema principal del concierto de Navidad reflexionó sobre “cuánto nos necesitamos unos a otros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestras vidas”, algo que los Windsor han comprobado desde que el rey Carlos III y Catalina anunciaron su enfermedad.
Entre los 1.600 invitados al concierto ayer, donde se incluyó a personas que “han pasado por momentos difíciles este año”, estuvieron el ciclista Chris Hoy, seis veces medallista de oro olímpico, que padece un cáncer terminal, y la actriz de Downton Abbey , Michelle Dockery (lady Mary Crawley), que perdió a su prometido a causa de la misma afección en el 2015.
Catalina invitó a algunos de los niños que sobrevivieron a los apuñalamientos en julio durante el acto temático de Taylor Swift en la escuela de baile de Southport, a quienes ya visitaron Guillermo y Catalina. Estuvo además la familia de la inspiradora fotógrafa Liz Hatton, fallecida en noviembre, a quien los príncipes de Gales rindieron un conmovedor homenaje público por su fuerza y dignidad.
La princesa de Gales ayer en la abadía de Westminster.
También acudieron la princesa Beatriz de York y Edoardo Mapelli, lady Gabriella Windsor, Zara Tindall, la duquesa Sofía de Edimburgo, los duques de Gloucester, los príncipes Miguel de Kent, el actor Richard E. Grant y el cantante Gregory Porter, entre otros.
Para esta esperada cita, la princesa Catalina añadió un llamativo lazo negro a un abrigo rojo de Alexander McQueen, que combinó con las pequeñas corbatas de sus dos hijos. Por su parte, la corbata de Guillermo combinaba con el abrigo de la pequeña Carlota.
Por primera vez antes de la cita, la princesa escribió una carta, que publicó el pasado domingo, para enfatizar la importancia del amor en “nuestros tiempos más oscuros” y como la Navidad “refleja nuestras propias vulnerabilidades”. En ella, la princesa también insta a todos a vivir estas fiestas con “el corazón abierto” y ofrecer socorro a los necesitados mediante “palabras tiernas o un oído receptivo, un brazo alrededor de un hombro o estando en silencio al lado de alguien”.
La princesa de Gales en su llegada a la abadía de Westminster para realizar los últimos arreglos antes de su concierto de villancicos.
Con este acto, Catalina quiere “celebrar a las muchas personas que apoyan a los necesitados: personas que han inspirado, aconsejado y consolado y, sobre todo, han demostrado que el amor es el mayor regalo que podemos recibir”.
El recital de villancicos que organiza cada año la princesa se ha convertido en una cita ineludible del calendario real. En el 2021, para la primera edición de este concierto y para sorpresa de todos, Catalina se sentó al piano a dúo con el cantante escocés Tom Walker, cuando la pandemia todavía daba los últimos coletazos. El segundo año de la cita de villancicos, en el 2022, estuvo dedicado a la reina Isabel II, que falleció en septiembre de ese año. Y el año pasado, aparte de la graciosa escena en la que un travieso príncipe Luis aprovechó el alboroto para apagar la vela de su hermana, lo que provocó la risa de su madre, se desarrolló con normalidad, pero fue el último compromiso que protagonizó Catalina antes de desaparecer de la vida pública por enfermedad.
El príncipe Guillermo, que hoy viaja a París para asistir a la ceremonia de reapertura de la catedral de Notre-Dame, admitió recientemente que este año ha sido “brutal” y “probablemente el más difícil de mi vida”. El anuncio del cáncer de Carlos III en febrero se solapó con la misteriosa baja de Catalina tras una “exitosa cirugía abdominal” que luego ella misma acabó confirmando que se debía a un cáncer, por el que recibiría quimioterapia preventiva.
Tras un largo retiro en Norfolk, el primer acto público al que asistió Middleton después de estar casi seis meses desaparecida fue la celebración del cumpleaños del monarca británico el 15 de junio, que fue la última vez hasta ayer que se veía a la familia de los príncipes de Gales juntos.