Jocelyn Wildenstein es una de las personalidades públicas que más ha dado que hablar en los últimos años. La socialité de origen suizo, de 82 años, se hizo mundialmente conocida por sus innumerables operaciones de estética tras su polémico divorcio con el empresario multimillonario Alec Wildenstein. Un cambio radical que le costó millones de dólares y con el que se ganó el apodo de ''catwoman', o en español, ''mujer felina''.
A lo largo de los años han salido a la luz cuantiosas imágenes de la socialité que no han pasado desapercibidas. Sin embargo, este pasado fin de semana, Jocelyn Wildenstein sorprendía al mundo con la publicación de una imagen en sus redes sociales en la que se puede apreciar su rostro real antes de sus operaciones estéticas a finales del siglo pasado.
En dicha imagen, se puede apreciar la belleza natural de la socialité suiza antes de su transformación. Pero detrás de la publicación de esta insólita fotografía hay un motivo muy especial: el cumpleaños de su hija Diane Wildenstein, con la que aparece acompañada en la citada imagen de Instagram. ''Feliz cumpleaños a mi hermosa hija Diane Wildenstein'', escribía junto a la instantánea.
La vida de la familia Wildenstein marchaba con total normalidad, hasta que el 2 de septiembre de 1997, la socialité suiza encontró a su marido, Alec Wildenstein, en la cama con la modelo letona Ines Misan. Un hecho que provocó una tormenta mediática sin precedentes, ya que los dos protagonizaron uno de los divorcios más mediáticos de la historia de la crónica social internacional. El coleccionista de arte experto en Odilon Redon amenazó incluso a su mujer con un arma y pasó seis horas en comisaría.
Alec Wildenstein y Jocelyn Wildenstein se divorciaron en 1999
Finalmente, un tribunal de Nueva York, ciudad en la que estaba afincado el matrimonio, obligó al marchante de arte a pagar a su exmujer 2.300 millones de euros, la mitad de su patrimonio, más una asignación anual de casi 100 millones durante los siguientes 13 años. Todo un récord para un proceso de divorcio que concluyó en el año 1999.
Pese a todo el escándalo que protagonizaron en aquella época, la socialité sentía devoción por su marido, quien falleció en el año 2008 a causa de un cáncer, y decidió someterse a varias operaciones de cirugía estética con el único objetivo de parecerse a un felino, ya que su entonces marido era un gran amante de los animales salvajes.
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