Han pasado más de diez días desde que la vida de la familia real británica diera un giro de ciento ochenta grados. El Palacio de Buckingham comunicaba el pasado 5 de febrero que el rey Carlos III, de 75 años, había sido diagnosticado de cáncer. La noticia llegaba tan solo unos días después de su intervención médica por agrandamiento de la próstata, que se llevó a cabo a finales de enero. Gracias a esta cirugía pudieron detectar este nuevo diagnóstico, que nada tiene que ver con cáncer de próstata, según informaba casa real.
Debido a este contratiempo de salud, el actual monarca ha tenido que poner en pausa todos sus deberes públicos para poder someterse al tratamiento lo antes posible. Sin embargo, este bache de salud ha puesto un duro golpe para toda la familia, pero en especial para sus dos hijos, los príncipes Guillermo y Enrique, que fueron de los primeros en conocer la noticia.
Tal fue la preocupación del duque de Sussex, que no dudó ni un segundo en coger un avión para visitar a su padre. Y es que el príncipe Enrique, que reside actualmente en Estados Unidos junto a su mujer, Megan Markle, y sus dos hijos, Archie y Lilibet, tomó un vuelo a primera hora de la mañana del día 6 de febrero con destino Londres. Un viaje que fue de lo más comentado, pero que apenas duró 24 horas.
El hijo menor del monarca se desplazó hasta Clarence House, actual residencia de Carlos III, donde mantuvo con su padre un breve encuentro que duró unos 45 minutos. Sin embargo, menos de un día después de su visita a Londres, el duque de Sussex regresaba al aeropuerto de Heathrow para coger un vuelo de vuelta a casa.
Ahora, varios días después de su visita a Londres, el príncipe Enrique se ha sincerado sobre el encuentro que tuvo con su padre en una entrevista concedida al programa Good Morning America de ABC. Sobre cómo vivió su vuelta a casa, el duque de Sussex se mostraba de lo más satisfecho. ''Amo a mi familia". Estoy agradecido por el hecho de que pude subirme a un avión e ir a verlo y pasar tiempo con él'', declaraba.
Además, el hermano del príncipe Guillermo aseguraba que este tipo de situaciones siempre ayudaban a mantener a la familia unida. ''En todas las familias lo veo día a día, una vez más, la fuerza de la unidad familiar uniéndose. Creo que cualquier enfermedad, cualquier dolencia, une a las familias'', confesaba.