La salud mental es un asunto que, en los últimos años, ha pasado de tomarse a la ligera a considerarse el elemento principal e imprescindible de nuestras vidas. Las afecciones que puede tener nuestro cerebro y nuestro cuerpo a raíz del estrés, la mala alimentación y un mal ambiente en casa o en el puesto de trabajo. La depresión y la ansiedad son dos de las más conocidas, y pueden tomar formas muy visibles para los demás.
Es el caso que ha mostrado la modelo e influencer Lucía Rivera, hija de Cayetano Rivera y Blanca Romero. La joven ha compartido a través de una story de Instagram unas imágenes de su espalda, rascada y arañada en distintos puntos. También se pueden distinguir unos pequeños sarpullidos a consecuencia de sus acciones, que según sus palabras lleva tiempo haciendo de noche sin darse cuenta. La fotografía iba acompañada de una pequeña explicación.
“Hoy le decía a un amigo que cuando pienso que controlo mi ansiedad siempre sale por otro lado. Ahora me ha dado por rascarme por las noches (sin enterarme) y armarme estas burradas en el cuerpo. La verdad es que he tenido dos días complicados y así ha reaccionado mi cabeza. Y la verdad es que en las fotos no se valora ni la mitad. Es cansado y desespera a veces. Os mando un abrazo a los que vivís con esto como yo”, contaba en su perfil.
No es la primera vez que Rivera habla de sus problemas, después de publicar una carta a la revista Cosmopolitan como un “ejercicio de autoanálisis” sobre su TCA (trastorno de la conducta alimentaria). “Recuerdo que, cuando crecías, ibas mirando hacia abajo, y veías cómo el suelo estaba cada vez más y más lejano. Hasta que un día, observaste otra cosa: tus piernas. De pronto, estaban repletas de fallos”.
Mensaje alto y claro
“Te obsesionaste con encontrar la manera de cambiarlas, porque para ti, eran lo que muchos otros te habían dicho: "palillos, espaguetis…", así que ibas a las tiendas de ropa buscando las tallas más pequeñas, te probabas absolutamente todos los pantalones y, finalmente, te llevabas el que más curvas te hacía”, expresaba, contando también como empezó a tomar “batidos de proteínas” con la intención de rellenarlas y no sentirse tan mal.
“Me lo he pensado muy mucho, cuando publiqué el libro sentí una invasión horrible a mi intimidad. Hubiera agradecido que los medios lo trataran sin amarillismo. Pero sé que es mucho pedir. Después de horas pensando me dije, me van a criticar igual y las personas que necesitan leer esto no son culpables de nada. Así que, solo os pido una cosa: NUNCA OPINÉIS SOBRE EL CUERPO DE NADIE”, expresaba al respecto en su perfil de Instagram.