José Ortega Cano está decidido a pasar página tras su divorcio de Ana María Aldón. A pocos días de firmar el acuerdo definitivo de separación, el diestro parece haber asimilado que le ha llegado el momento de dar un giro a su vida, y ha cambiado su actitud por completo, dejando atrás los más de diez años que pasó junto a la gaditana.
Su ya exmujer puede estar rehaciendo su vida, pero él también está decidido a no perder un solo segundo de su tiempo encerrado en casa; y tal y como muestra la portada de Diez Minutos esta semana, lo está haciendo una vez más acompañado de su gran amiga la cantaora Isabel Luna, a quien le une una conexión muy especial desde hace años.
Portada de Diez Minutos.
No cabe duda que la cantaora se ha convertido en uno de los grandes apoyos del torero en estos momentos. Si hace unos días el torero acudía al recital que la artista ofrecía en Ciempozuelos y en el que incluso se atrevía a compartir escenario con ella para marcarse unos bailes; en esta ocasión optaba por algo un poco más íntimo. Así, se podía ver a la pareja paseando por la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes, donde el diestro mostró a su amiga especial sus rincones preferidos.
Según la citada publicación, era la cantaora quien se acercaba con su coche hasta la localidad, donde pudo visitar junto al diestro el Ayuntamiento y el lugar donde se emplazará el futuro museo en honor a su legado como figura del toro.
Jose Ortega Cano e Isabel Luna, el pasado 10 de diciembre.
Los dos pasaron el día por la localidad, donde disfrutaron de un aperitivo y aprovecharon para visitar El rincón de Ortega Cano, propiedad de Paco Ortega Cano, hermano del diestro. Una confianza que demostraría que Isabel Luna sí encajaría con la familia del matador, algo que parece que nunca consiguió la madre de su hijo pequeño, Ana María Aldón, que solo hace unos días protagonizaba un duro enfrentamiento en televisión con Mari Carmen, una de sus excuñadas.
De hecho, el diestro criticaba la sobreexposición mediática de la que ha sido su mujer durante una década: "Yo no pasearía mi vida íntima y mis desencuentros con mi marido… Ahora uno está en lo alto, luego viene el descenso", advertía.
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