Salen a la luz fotos inéditas de Wallis Simpson y el rey Eduardo VIII tras su abdicación
Subasta
Las imágenes muestran al duque y la duquesa de Windsor en el exilio tomando el sol a bordo del yate del millonario griego Nicholas Zographos
Cuando el rey Eduardo VIII de Inglaterra y emperador de la India le propuso matrimonio a la dos veces divorciada Wallis Simpson, llevó a la monarquía británica a una encrucijada y cambió su rumbo para siempre. Sólo siete meses antes, con 42 años, había subido al trono con toda una declaración de intenciones que rompía el protocolo real. Eduardo VIII vio su proclamación, el 20 de enero de 1936, desde una ventana del palacio de Saint James junto a su amante estadounidense, que todavía estaba casada con su segundo marido, el corredor marítimo angloestadounidense Ernest Aldrich Simpson.
El 16 de noviembre de ese mismo año, Eduardo anunciaba al primer ministro británico su deseo de contraer matrimonio con Wallis cuando esta se hubiese divorciado. Los gobiernos del Reino Unido y de los dominios de la Mancomunidad Británica de Naciones plantearon objeciones religiosas, legales, políticas y morales, entre ellas que los monarcas británicos son también cabeza de la Iglesia de Inglaterra, que no permitía un nuevo matrimonio mientras el cónyuge anterior estuviera vivo. Así que el rey no podía casarse con Wallis y, al mismo tiempo, permanecer en el trono.
Tras un duro pulso, el 11 de diciembre de ese mismo año, el monarca decidió cambiar la corona por Wallis y abdicaba del trono. Su hermano menor, el entonces duque de York, lo sucedió, lo que conllevaba una nueva línea de sucesión que ahora encarna su hija, Isabel II.
Eduardo pasaba a protagonizar así uno de los reinados más breves de la historia contemporánea, tan sólo 325 días en el trono sin tiempo siquiera para celebrar su coronación. El 3 de junio de 1937 la feliz pareja morganática se convertía en marido y mujer en una ceremonia privada. El matrimonio duró 44 años, hasta el fallecimiento del duque el 27 de mayo de 1972 a los 77 años, víctima del cáncer.
Vida íntima
El exilio parisino de la pareja incluía lujosos recorridos por el Mediterráneo, como se ve en fotos nunca antes vistas, tomadas en 1938
En las semanas posteriores a la abdicación del rey, el duque y la duquesa de Windsor, se marcharon a París y se instalaron en 4 Route du Champ d'Entraînement, una mansión de 14 habitaciones en el Bois de Boulogne. A pesar del ostracismo social y el acoso de la prensa, Eduardo y Wallis se adaptaron muy bien al estilo de vida francés, que incluía lujosos recorridos por el Mediterráneo, como capturan fotografías de la pareja tomadas en 1938, que ahora salen a la luz.
Las fotos, autografiadas, muestran al duque y la duquesa de Windsor a bordo de un yate del millonario griego Nicholas Zographos, un jugador profesional que hizo su fortuna en los casinos del sur de Francia. La pareja disfrutó del 44 cumpleaños de él y el 42 de ella durante el viaje en el Frixos (ambos cumplían años en junio con cinco días de diferencia, el 19 y el 23). Fondearon en Cannes, Saint Tropez, Monte Carlo, Antibes y la isla de Sainte-Marguerite. Las fotos en blanco y negro han aparecido junto con el diario de navegación del barco, compilado por el patrón Joseph Barden. Ahora, la nieta del Barden pone a la venta el registro y las imágenes. Se estima que podrían alcanzar hasta 2.000 euros en Chiswick Auctions. La subasta está prevista para abril.
El registro del barco documenta cómo pasaba su tiempo la pareja en el yate. Durante el día, comían, bebían y disfrutaban del sol con sus invitados, entre los que se contaban Herman y Katherine Rogers. Este matrimonio protegió a Simpson cuando ésta huyó a Francia durante la crisis de la abdicación y le ayuderon con los preparativos de la boda. "Herman Rogers era un hombre atractivo, con cabello castaño y porte de atleta. Graduado en Yale y felizmente casado", describe Andrew Morton (también autor de la biografía de Diana de Gales) en La historia de amor no contada de la duquesa de Windsor. Morton sostiene que a quien de verdad amó Wallis (infructuosamente) fue a Herman Rogers y que trató de seducirlo dos días antes de casarse con el ex rey inglés.
Las noches de esas jornadas de navegación bajaban a puerto para disfrutar de una cena y cócteles frente al mar. Eduardo también disfrutaba paseando a su perro por las playas locales, explica Tatler, Según el registro, los duques regresaron a la Costa Azul para otro crucero en el Frixos al año siguiente. Pero tuvieron que suspender la diversión cuando Eduardo fue requerido en Londres en vísperas de la guerra.
El material que sale a subasta y que refleja uno de los episodios menos conocidos de la vida de la pareja antes de la guerra, siempre ha pertenecido a la familia del patrón del barco, por lo que nunca se ha visto públicamente, según Auctions Chiswick.
Todas las pujas que rodean a la carismática pareja han causado gran expectación. Pese a que la mayoría de las joyas de Wallis se subastaron tras la muerte de esta, en 1987, de cuando en cuando salien piezas nuevas al mercado, como en el caso de la pulsera de Cartier que le regaló su marido en el primer aniversario de su boda y que subastó Christie’s el pasado septiembre.
En el 2010, Sotheby’s de Londres sacó a la venta un impresionante lote de 20 joyas que pertenecieron a la esposa de Eduardo VIII. Entre ellas, un brazalete de cruces con rubíes, zafiros, esmeraldas, citrino y diamantes que se convirtió en una de las alhajas más caras en el mundo y un récord mundial de venta para Sotheby's hasta aquella fecha. Se vendió por 4,5 millones de libras, casi 5,3 millones de euros. La pulsera no sólo alcanzó esa cifra por su exquisitez, sino también por pertenecer a una de las parejas que más morbo suscitó a mediados del pasado siglo, y que sigue despertando interés.