Cuando se anunció su compromiso con el príncipe Guillermo, el 16 de noviembre del 2010, Kate Middleton lució un vestido azul zafiro de la marca Issa que se agotó en 24 horas . Aunque Instagram estaba todavía en pañales –se había lanzado un mes antes– nacía el “efecto Catalina”, y la que un año después sería duquesa de Cambridge se convirtió ipso facto en icono de moda.
Desde entonces, el estilo de la princesa Catalina, que hoy cumple 40 años, es seguido con lupa y hasta ha dado lugar a un libro, The duchess of Cambridge: a decade of modern royal style , escrito por Bethan Holt, directora de moda en The Telegraph .
Como otras ‘royals’, la mujer de Guillermo de Inglaterra usa su vestuario para envíar diferentes mensajes
A partir de su matrimonio con el príncipe Guillermo, la duquesa ha utilizado su ropa para hacer gestos diplomáticos, enviar mensajes de solidaridad, fijar su condición de madre de tres hijos y mostrar dignidad regia. Un día, su guardarropa subraya su condición de miembro importante de la realeza; el siguiente trata de ser como cualquier madre trabajadora y además están los looks de alfombra roja que a veces parecen más propios de una estrella de Hollywood, como el vestido dorado valorado en unos 4.700 euros que lució en el estreno de la última entrega de James Bond, Sin tiempo para morir , el pasado septiembre. Ha sido uno de sus estilismos más celebrados del año.
La forma de vestir de Catalina podría enmarcarse en lo que se conoce como “estilo lady”, con un equilibrio entre lo formal y lo informal, lo juvenil y lo serio, lo glamuroso y lo realista.
Entre sus prendas fetiche están los vestidos entallados en la cintura con largo hasta la rodilla. No hay aparición en la que no luzca alguna versión, que suele incorporar manga larga o escote caja e incluso ha marcado tendencia con los cuellos bebé. Los ha lucido de flores y estampados, preferentemente de dibujo pequeño y con vuelo, pero entre sus preferencias están los lisos de un solo color, sobre todo en rojo y en azul –tanto intenso como muy suave–, aunque hay un vestido malva que repite a menudo.
A diferencia de la reina Isabel II, que tiene un armario lleno de trajes diseñados a medida, o de la princesa Diana, que definió el estilo de la época con looks de alta costura, el vestuario de Catalina está compuesto en gran parte por ropa de calle de marcas conocidas, algunas económicas, como Zara o Marks & Spencer.
En invierno, la duquesa los suele acompañar con abrigos tipo vestido perfectamente armonizados cromáticamente y zapatos salón. Tampoco pierde la ocasión de promocionar las creaciones de su país con estampados de tartán o príncipe de Gales.
Cuando llega el verano apuesta por los vestidos de algodón y las alpargatas de cuña (muchas de Castañer) y para sus looks más relajados se decanta por pantalones largos tipo chinos, camisetas y, últimamente, deportivas blancas.
En cuanto a sus peinados, apenas ha cambiado su corte de soltera, salvo que lo lleva más escalado y con ondas. Una media melena que sus seguidores han bautizado como Kob y que a veces recoge en moños no demasiado elaborados.
Es tal el “efecto Catalina” que la revista de la industria de la moda Women’s Wear Daily elaboró un informe en el 2012 que mostraba cómo las ventas de medias color nude habían crecido un 500% en respuesta a los estilismos de la duquesa de Cambridge.