Kira Miró (Sta. Brígida, Gran Canaria, 1980) nació en el seno de una familia de artistas: su abuelo fue un reconocido pintor; su padre, el rey de la noche en Las Palmas; su madre, directora de producción; su hermano, actor y su hermana, cantante. Así, la primera vez que subió a un escenario, supo que estaba en la casilla de salida. La ganadora del programa El Desafío (Antena 3) acaba de rodar la comedia Todos lo hacen (Martín Cuervo) y necesitaba un descanso.
Con ella recorremos el majestuoso Ibiza Gran Hotel, primer 5* GL de las Pitiuses, adonde ha venido a recargar pilas antes de cruzar el océano. En agosto vuelve al trabajo con la obra Escape Room, que aterrizará en Bilbao por la Semana Grande para retomar en septiembre la temporada en el teatro Fígaro de Madrid.
Al menos, me visto de novia en ficción, porque si es por mí... qué desastre. No tengo vistas de pasar por el altar, aunque nunca se sabe
¿Qué es lo que hacen todos?
Ahhh... (risas) Es la película que acabo de rodar en Tenerife, una comedia negra y de suspense que sucede en un hotel rural, perdido, y donde nos quedamos encerrados. ¡Nada que ver con este hotel donde estamos ahora! Necesitaba la calma que he sentido nada más entrar. El staff es lo más encantador que puedes imaginar y cenar en La Gaia ha sido una experiencia para los sentidos.
Ha rodado en Vilaflor, Tenerife. Cuando una canariona pisa territorio chicharrero pero acompañada de actores 'godos', como llamáis a los peninsulares, ¿no supone un conflicto mental importante?
(Risas) Qué va, cuando una canariona que vive con godos pisa suelo canario, es una ilusión porque es llegar a casa: comer tu comida, ver a tus paisanos, el paisaje… Es casa cualquiera de las islas. Una se siente anfitriona de los godos: fuimos a comer a sitios riquísimos, a ver algún pueblo, a la playa…
Su deporte favorito es el kite surf. ¿Cómo se mantiene en forma si está lejos del mar, ya sea en Canarias o en Ibiza?
Intento hacer deportes de agua pero sobre todo, voy al gimnasio para trabajar la musculatura. Antes corría como si entrenase, ahora solo por placer y para mantener el corazón.
Me ha pasado de todo: quedarme tirada en una gasolinera de Salvador de Bahía a las dos de la mañana, perdida en Bangkok sin conocer a nadie y llorando en la embajada...
Me lo deja como se las dejaban a Fernando VII: ya que hablamos de corazón, ¿sale aún con cierto fisioterapeuta del Real Madrid de baloncesto?
¡No me preguntes por eso! (risas). Prefiero que no se sepa si tengo pareja o si no tengo.
Pongamos que la tiene y la lleva a cenar con su familia, ¿se aburrirá porque solo hablan de farándula?
Nooo, no hablamos mucho de trabajo. Somos de hacer el payaso y de fiestuqui.
En Todos lo hacen se viste de novia y ha protagonizado algunos editoriales de moda nupcial. ¿Le gustaría protagonizar una boda, la suya?
Sí, pero no se da el caso. Al menos, me visto de novia en ficción, porque si es por mí... qué desastre. No tengo vistas de pasar por el altar, aunque nunca se sabe.
¿Viajará fuera este verano?
Sí, me voy a hacer kitesurf a otro continente. Suelo viajar sola, bien porque no coincido con gente en los planes o los tiempos. Hace años decidí viajar sola.
¿No ha pasado apuros viajando sola?
Pasan cosas maravillosas porque vas más abierto al mundo y el mundo a ti y no en tu burbuja de pareja o amigas. Me ha pasado de todo, apuros y cosas mágicas, pero esa es la vida. Me encanta salir de mi zona de confort y nutrirme de otras culturas y maneras de vivir. Es lo que me resetea para enfrentar todo un año de trabajo.
Cuénteme un apuro.
Estando en Brasil conocí a una gente a la que me sumé para ir a visitar sitios. Una noche comenzaron a discutir entre sí muy fuerte, dije que quería irme pero no me llevaron de vuelta así que me vi tirada, a las 2 am, en una gasolinera a las afueras de Salvador de Bahía. Pasé un poco de miedo.
No está nada mal. Otro.
En una ocasión tenía que viajar a Bali desde Bangkok pero mi pasaporte caducaba en tres meses y no me dejaban entrar. Me quedé sola y sin conocer a nadie. Fui a llorar a la embajada y no me hacían caso, pero una pareja de españoles me ayudó con todo, desde cambiar de hotel a organizarme una excursión; lo malo es que coincidí con el Imserso japonés (risas). Viví Bangkok sola y llegar a Bali fue un bálsamo.
¿Y nunca ha echado de menos compañía?
Tal vez lo peor de viajar sola es cuando vives algomaravilloso y no puedes compartirlo con nadie, como aquella puesta de sol en Sao Paulo. Pero conoces a muchísima gente interesante, hay que quitarse el miedo y confiar en la gente casi siempre sale bien.
Quizá lo peor de viajar sola es cuando vives algo maravilloso y no puedes compartirlo con nadie, como aquella puesta de sol en Sao Paulo
¿Por qué cree que ganó el programa El Desafío, en qué diría que es buena?
Soy muy disciplinada y me esfuerzo mucho. Integro la técnica mentalmente y luego la pongo en práctica con el cuerpo. No solo iba al programa y ya está sino que me lo trabajaba, no dormía pensando en las pruebas… Toda mi semana estaba enfocada en ello.
¿Qué ha sido lo más duro y en qué la ha cambiado la pandemia?
Al principio cogí el virus y todo mi entorno comenzó a caer también, parecía una pesadilla. Me puse muy mala, era terrible pensar que te podías ir al otro barrio al ver las noticias… He aprendido a vivir el momento presente porque la vida se gira de un día para otro.