Fiona Ferrer Leoni (Barcelona, 1974), hija del primer presidente de Pasarela Gaudí y de la cocreadora de Adlib Ibiza, estaba inexorablemente llamada al mundo de la moda. A un lado sus hechuras de maniquí, prefirió el otro lado. Comenzó la carrera de Periodismo en Nueva York y cambió a Relaciones Internacionales y Comunicación Empresarial en Miami, trabajó en Sotheby’s, dirigió Elite Model Look España, fue el alma de Supermodelo (Cuatro) y la primera bloguera de ¡HOLA!, creó su propia marca de ropa y escribió Wacu Girls y Cuando el tiempo hace tictac.
Si alguien sabe de moda en nuestro país, del glamour visible a los trapos sucios tras el decorado, es ella. Fiona acaba de publicar La estilista (La Esfera), una novela que se lee como un diario y en el que la escritora se desdobla para mostrar una realidad oculta.
Porque me vean rubia y sonriente a ver si se van a pensar que hablaré de qué zapatos me pongo hoy
Graduada en Comunicación y RRPP en la Universidad de Miami, lleva toda su vida dedicada a la moda y el protocolo.
“La importancia del estilista es capital: tú puedes ser una gran actriz pero hasta que no posas en el photocall con un vestido impresionante, no te pones en el mapa. Esa es la realidad. En cuanto a los personajes, ninguno está basado en una persona concreta sino que reúnen a varias. Hay que saber leer entre líneas”. El prólogo, que firma Fiona, da paso a las vivencias de Frida, sin reparo alguno en dibujar escenas de sexo tórridas: desde un encuentro salvaje en el baño de un bistró de Manhattan a una noche en el Majestic coronada por seis orgasmos.
“¿Pudor? Me da igual, soy escritora y escribo lo que quiero, no lo que quieran oír. La del prólogo es Fiona Ferrer y la otra es Frida. Ahí está el juego y tanto el amor como la sexualidad forman parte de él. Porque me vean rubia y sonriente que nadie piense que hablaré de qué zapatos me pongo hoy”.
La novela puede leerse a capítulos sueltos: es una guía para comprender este mundo desde dentro.
En La estilista, Ferrer Leoni valora la independencia por encima de todo: “Por ser mujer a veces se dan por sentadas muchas cosas, así que reivindico la independencia pero no desde el punto de vista feminista sino desde el espíritu luchador. No soy radical, no me importa a qué partido votes; puedo tener amigos tanto en VOX como en Podemos”.
Hay muchos que se hacen famosos de la noche a la mañana, que nadie sabe de dónde han salido y del mismo modo pueden desaparecer
La autora aparta el velo que oculta lo que ocurre entre bambalinas –desde que el inglés devoró al francés, denominadas backstage–, para que sepamos que la crueldad no es ajena a esta industria: “He sido testigo de momentos en que, tras el inmenso trabajo de meses que supone presentar una colección, el creativo queda abatido por una crítica despiadada. Por otra parte, hay muchos que se hacen famosos de la noche a la mañana, que nadie sabe de dónde han salido y del mismo modo pueden desaparecer. Es muy difícil mantenerse en este mundo. El lector debe saber que hoy estás arriba y mañana estás abajo”.
La autora, durante la presentación de su tercer libro en Madrid.
Fiona rompió con el sevillano Javier Fal-Conde el año pasado, poco después del confinamiento. Sin rencores. Ella se encerró en Madrid y él, en Sotogrande con sus hijas. Eran amigos antes y lo seguirán siendo, seguramente. Distinto fue su divorcio de Jaime Polanco: se casaron en 2009 y su imagen como matrimonio ideal de la jet comenzó a resquebrajarse tres años después. En total, fueron pareja once años.
Aquella ruptura la tuvo vistiendo pijama en lugar de traje de cóctel mucho tiempo: “Llegó un momento en que la alternativa era “o me quedo en la cama y me hundo o salgo de ella”. Estuve muy triste y a punto de caer en una depresión. Mi consejo es cuidar mucho la cabeza: desde hace cuatro meses voy cinco veces a la semana a hacer bikram yoga. Jamás me hubiese imaginado ser capaz de levantarme a las 6 de la mañana para hacer algo así".