Hasta el capítulo 8 de Rocío, contar la verdad para seguir viva, Rocío Carrasco no había abordado la figura de Olga Moreno, la segunda esposa de Antonio David Flores, que se encuentra concursando en Supervivientes 2021. Hasta esta octava entrega de la serie documental, Moreno no había sido salpicada por el duro relato de la hija de Rocío Jurado, pero el miércoles esta compartió algunos episodios en los que retrata cómo era la relación con la madrastra de sus dos hijos.
Describiendo una cara de Olga Moreno completamente desconocida, Carrasco señaló su permisividad con Rocío Flores en relación a una determinada manera de vestir durante su adolescencia, habló sobre seis años que para ella se convirtieron en una “caza de piojos” y también relató un “escena dantescoz” cuando ambas familias se encontraron en un hospital malagueño debido a un ingreso de David Flores.
Cuando por unos collares le habría llamado “mala madre”
Según Carrasco, Rocío Flores le contó en una ocasión que Olga llamó “mala madre” a Carrasco porque no le dejaba ponerse un collar. “Rocío ya tiene 13 o 14 años, y después de 15 días con su padre viene con el cuello entero de collares. Le dije 'quítatelos porque me da miedo que se te enganchen jugando o en el colegio'. Entonces me hace caso a regañadientes y pasan esos 15 días hasta que se va. Luego está 15 días en casa de su padre, vuelve con los collares puestos y me dice: 'Me ha dicho Olga que qué mala madre eres, que qué mala madre porque no me dejas ponerme collares”, relató en el capítulo Medio.
La “escena dantesta” en el hospital
Otro acontecimiento que señala Carrasco como un intento de Olga para distanciar a los hijos de su madre sucedió a raíz de un ingreso de David Flores. Al parecer, siempre según el relato de Carrasco, cuando ella acude al hospital acompañada por su pareja, Fidel Albiac, “abrimos la puerta y la escena que veo es a mi parecer dantesca. Yo veo a un niño, más largo que un trinquete, en una cama de un hospital tumbado, lleno de sueros y cosas, y a una tía igual que yo metida en la cama con el niño. Era Olga”. Entonces fue cuando el niño arrancó: “Yo sabía que tú venías. ¿Ves, Olga? Como mi madre sí venía, me habías dicho todos que no iba a venir pero yo sabía que mi mami venía con el Fidelito”.
Las “cazas de piojos”
Al ser preguntada por el entrevistador por si Carrasco consideraba que Olga Moreno cuidaba bien de sus hijos durante la custodia compartida, ella expone un revelador testimonio. “Si tú me hablas de cuidados físicos o de atención te iba a decir que sí, pero te voy a decir que no. Yo me he pasado seis años de mi vida dedicándome a cazar piojos. Porque eso no era quitar piojos, era cada quince días irte de caza. De mi casa se iban los niños como dos pinceles, con sus tratamientos hechos, con sus cosas dadas... en mi casa no había sitio ya para más productos”, contó.
También relacionó esas “cazas de piojos” con el episodio del hospital, pues ese día según Carrasco también tocó deslendrar a la familia “Después de yo haberla visto metida (a Olga) en la cama de mi hijo, yo me quedé toda la noche pensando. Como tenga el niño están todos minados. Al día siguiente, acariciándole la cabeza al niño digo ‘uf, tenemos huéspedes”. Entonces Rocío le recomendó a Olga que se observase “que se mire tu marido, que se mire mi hija, que se mirasen todos. Y efectivamente, tuvimos que hacer una operación caza en la habitación del hospital”.