Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana, se enfrentan a cuatro años de cárcel
Alrededor de 7 millones de deuda
El Banco de Luxemburgo, acreedor de la tenista desde 2010, solicita apertura de juicio oral aportando el entramado de sociedades opacas que la pareja creó al instalarse en Miami
La entidad Banque de Luxembourg solicita para Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, Josep Santacana, una pena de cuatro años de cárcel por alzamiento de bienes y una indemnización de 6.170.942 euros más intereses y costas procesales. La entidad crediticia ha presentado en el Juzgado de Instrucción Nº 4 de Barcelona su escrito de conclusiones –al que debe sumarse el de la fiscalía y el de las defensas de ambos– solicitando formalmente la apertura de juicio oral contra la expareja. Nada puede salvar ya de sentarse en el banquillo a la campeona de Roland Garros y quien fuese su marido.
En febrero de 2018, La Vanguardia avanzaba en primicia la ampliación de la querella criminal interpuesta por el Banco de Luxemburgo (BDL): la entidad pudo constatar que Arantxa había culminado un proceso de descapitalización total al vender todas sus propiedades en España y Andorra ignorando sus requerimientos como acreedor y una sentencia firme por vía civil. Ahora, el banco presenta su acusación con una nueva ampliación: las sociedades opacas que Arantxa abrió en Florida y Delaware (EE. UU.) al trasladarse a vivir a Miami.
Los intereses siguen creciendo
La deuda se remonta a 2010, cuando condenada por evasión fiscal, el BDL pagó el contraaval suscrito con el Banco de Sabadell. Entonces la cantidad era de 5,2 millones de euros. Desde entonces no ha dejado de aumentar
En 2009, el Tribunal Supremo confirmó la sentencia de la Audiencia Nacional conforme la tenista tenía que pagar un multa de 3,5 millones más intereses por evasión fiscal. La cantidad final ascendía a 5,2 millones. Hacienda cobró merced a un aval del Banco de Sabadell y la entidad catalana recuperó su dinero a través de un contraaval suscrito con el banco luxemburgués, donde Arantxa fue titular de una cuenta.
Ocurre que el BDL pagó de sus propios fondos al Sabadell, pues desde 2002 no había dinero en aquella cuenta: la entidad decidió cancelar la garantía y Emilio Sánchez, padre de la tenista, movió esos ahorros a otra entidad en Suiza. Alguien cometió un error que no exime a la tenista de su responsabilidad: el BDL le reclamó en 2010 la ejecución del aval, esos 5,2 millones de euros. Nunca hubo respuesta extrajudicialmente y el banco acudió la vía civil.
Una mala excusa
Arantxa ha sostenido siempre que la fortuna amasada durante su carrera deportiva desapareció en manos de la pésima gestión de su padre.Sin embargo, a finales de 2009 le retiró todos los poderes: solo ella pudo vender su enorme patrimonio
Desde que la tenista publicó en febrero de 2012 su biografía, Arantxa ¡vamos! (La esfera), ha sostenido que la fortuna amasada durante su carrera deportiva –la horquilla va de los 30 a los 15 millones, nadie conoce la cifra exacta– desapareció en manos de la pésima gestión de su padre. “Estoy arruinada”, se ha lamentado siempre. Sin embargo, en noviembre de 2009 y acompañada de su marido, retiró ante notario todos los poderes de administración que ostentaba Emilio Sánchez. Lo que con sus bienes hizo a continuación es lo que la ha traído a enfrentarse a esta querella criminal.
En enero de 2014, el Juzgado de Primera Instancia 2 de Esplugues de Llobregat (Barcelona) y con sentencia firme de 2013, acordó la averiguación patrimonial de Arantxa. Sus cuentas en España, un total de siete en cuatro bancos distintos, estaban a cero. No hubo modo de embargar los ingresos por exclusivas y por los derechos de su biografía: todo fue cobrado de modo opaco y/o a través de Dharma Business, una de las sociedades de Santacana.
Pero no quiso pagar la deuda
Hasta 17 propiedades vendió Arantxa con la ayuda de Santacana entre 2010 y 2016, todas a nombre de sociedades. En total, obtuvo ocho millones de beneficio
La persecución del nutrido patrimonio de la tenista fue infructuosa. Hasta 17 propiedades vendió entre 2010 y 2016, todas a nombre de sociedades en España, Uruguay y las islas Marshall. La suma de las operaciones arroja la cifra de ocho millones de euros, según el completísimo dossier presentado por el BDL, de casi 5.000 páginas. En todo este trasiego inmobiliario, siempre la acompañó como parte ejecutora Josep Santacana y cinco testaferros, también acusados. Esos ocho millones nunca han aparecido.
Tras vaciar todo lo que había en España, Arantxa y Santacana aparecen como titulares de patrimonio oculto a través de un nuevo entramado opaco con sede en EE. UU., del que Ocean Reserve LLC es la matriz.
Ella y Santacana figuran o han figurado como administradores. Las indagaciones llevadas a término muestran cómo alrededor de Ocean Reserve brotaron Silver Reserve LLC, Golden Reserve LLC, Global Golden Enterprises (LLC e INC) y Al Reserve LLC en Florida más Sunshine Reserve LLC en Delaware, conocido paraíso fiscal en suelo americano, si bien Arantxa nunca ha facilitado su existencia al juzgado, como estaba obligada.
Este diario ha tirado del hilo y ha comprobado que en la actualidad ninguna de ellas aparece como activa. También que Global Golden Enterprises INC y su homónima bajo formato LLC fueron creadas en 2011, una en Panamá y otra en Florida, si bien la primera se asentó en suelo estadounidense en 2015 registrándose en Coral Gables (Florida). Finalmente, que Josep Santacana se dio de baja como director de Ocean Reserve en agosto de 2019.
El Banco de Luxemburgo los ha rastreado
Arantxa y Santacana aparecen como titulares de patrimonio oculto a través de un nuevo entramado opaco con sede en EE. UU., del que Ocean Reserve LLC es la matriz
A comienzos de 2018 supimos que la pareja se había separado y se encaminaba al divorcio. La tormenta mediática desatada, llevó a reporteros españoles a Miami y a que Arantxa se refugiase en casa de su hermano Emilio, que vive desde hace años en Florida. Desde entonces, la tenista ha tratado de recomponer la relación con su familia, rota desde poco después de la boda con Santacana –septiembre de 2008– e incluso pidió perdón al letrado y al administrador que atendieron sus intereses toda la vida.
No tuvo tiempo de deshacer el daño causado a su padre, fallecido antes del divorcio pero sí de arreglar las cosas con el BDL. Sin embargo, solo ha satisfecho dos pagos: de 195.146 euros en marzo de 2018 y de 715.990 en abril del año pasado. Restado el montante de la enorme deuda, el delito no varía. Si 2020 ha sido difícil para todos, 2021 se presenta aún más oscuro para Arantxa.