Una web visibiliza el compromiso social de las empresas familiares
Ante la pandemia
El movimiento ‘Damos la Cara’ agrupa a 1.400 compañías de España
Las empresas familiares están muy identificadas con su entorno mas cercano y han querido ahora, en este crítico momento desde el punto de vista sanitario, social y económico, mostrar su compromiso con la sociedad. Esta es la voluntad del movimiento Damos la Cara, que nació en el inicio de la pandemia con el objetivo es explicar como han contribuido –y como todavía lo hacen– a la mejora de la actual situación. A través de una web se muestran los casos de diferentes empresas que han ayudado a empleados, clientes o entidades sanitarias con diversas iniciativas, desde donaciones de dinero o alimentos o cambiando la producción de su empresa si se consideraba necesario y útil.
En la web se muestran los casos de diferentes empresas que han ayudado a la comunidad con diversas iniciativas, desde donaciones de dinero o alimentos o cambiando la producción de su empresa
Los protagonistas del movimiento son las personas que conforman las empresas familiares, que representan casi el 90% del total del tejido productivo en España y el 67% del empleo privado. El impulso llegó por parte de varias asociaciones territoriales de empresa familiar que propusieron visibilizar la actividad de sus socios y mostrar su apoyo ante los problemas sanitarios y económicos locales.
Desde entonces, el movimiento Damos la cara no ha dejado de crecer y de sumar incorporaciones. En la actualidad agrupa unas 1.400 empresas de toda España, de las cuales un centenar son catalanas, como Tous, Torrons Vicens, Alsina Encofrados, Uriach, Amat Immobiliaris, Anudal, Ausa, Grupo Carinsa, Jori Armengol, Puig y Santiveri. A todas estas compañías les une un ADN ligado a la tierra y la vocación de aunar fuerzas para impulsar la iniciativa privada como motor de la actividad económica hacia un futuro sostenible.
El Instituto de Empresa Familiar y 18 asociaciones territoriales se han sumado a Damos la cara para respaldar esta labor de escucha y trabajo tan necesaria actualmente. “Es un movimiento ciudadano, social y no-partidista que nace de la conciencia de que entre todos podremos recuperar el terreno perdido y de que, sin la aportación del sector privado, el sector público solo no podrá asentar las bases de un escenario sólido”, asegura Inés Rovira, directora de Asociaciones Territoriales y Fórum del Instituto de Empresa Familiar.
Por su parte, Amadeu Jori, presidente de la Asociación Catalana de la Empresa Familiar, reitera ese compromiso de las empresas familiares con la recuperación del país tras la pandemia: “Queremos poner en valor lo que representamos y que las distintas administraciones públicas nos tengan en cuenta para poner en marcha estrategias para activar el mundo del trabajo. Si la empresa familiar se para, el país también”.