Once meses ha tardado Toño Sanchís en abandonar la casa que Belén Esteban compró hace un año en subasta pública y con la que la colaboradora de Telecinco quiere resarcirse de la deuda que tiene con ella su exrepresentante. Ya dura un lustro esta guerra por antiguos contratos sin liquidar, pero Sanchís agotó el plazo legal todo lo que pudo para abandonar su domicilio familiar, en Villanueva del Pardillo. Esteban no ha tardado en mostrar en Semana el desolador escen ario que se ha encontrado en el chalet. La princesa del pueblo posa en un inmueble sin interruptores ni enchufes y con varios destrozos en el jardín. Hasta el telefonillo se han llevado. Eso sí, Sanchís ha dejado un armario empotrado que le gusta mucho a Esteban, pero también abundante suciedad y comida en mal estado. La televisiva dice que había una cabeza de atún en una nevera desenchufada y cacas de perro en el jardín.
Tras la desagradable sorpresa, la tertuliana le ha restado hierro al asunto, tal vez porque quiere poner la casa a la venta y no es cuestión de alejar a los compradores. “Tengo que pagar la hipoteca y los desperfectos –contó–, pero como ya es mi casa... La casa se arregla, se limpian las cacas del perro y se limpia entera”. Eso sí, la batalla con Sanchís no ha acabado. Esteban ha ampliado su demanda contra él –que se ha mudado a un chalet en Las Rozas–y ahora le pide un millón de euros, quién sabe si también le reclamará por los daños en la vivienda.
Mudanza tardía
Tres meses tardó ‘Bigote’ Arrocet en despejar la casa de M.ª Teresa Campos tras su separación
Y es que las mudanzas se pueden convertir en una pesadilla no sólo para el que las hace sino para el que se queda en casa. Que se lo digan si no a María Teresa Campos, que a principios del pasado febrero despedía muy sonriente al conductor de un camión de mudanzas en la puerta de su mansión, en el municipio madrileño de Molino de la Hoz. Tal vez cansada de esperar a que su ex, Edmundo Bigote Arrocet, recogiera sus cosas, decidió despejar la casa de algunos enseres propios presumiblemente para alquilarla para películas y anuncios, una manera de tener liquidez a la espera de vender el casoplón, que no hay manera.
A los veinte días, Bigote Arrocet decidía por fin recoger sus trastos, tres meses después de poner fin a su relación con Campos. La periodista prefirió hacer mutis y no estar presente en ese trance. “Afortunadamente es un capítulo cerrado y espero y deseo que no volváis a hablarme de este asunto, porque esto entra ya en el terreno del acoso. No quiero hablar más de esta persona. Ya se ha acabado. He vuelto a salir. Estoy feliz. Ya está”, dijo la reina emérita de las mañanas a los periodistas que la esperaban a las puertas de la mansión, aliviada por haber despejado su casa de un novio que le salió rana, pero molesta por ser el foco de atención en ese trance.
Más limpia
También tuvo una mudanza traumática Mila Ximénez. Fue desahuciada por impago, pero asegura que “llamé a una empresa de limpieza para que lo dejaran todo bien, porque a mí me daba apuro, me daba vergüenza”
También tuvo una mudanza traumática Mila Ximénez. Esta semana ha recordado que fue desahuciada por impago, pero aseguraba: “Llamé a una empresa de limpieza para que lo dejaran todo bien, porque a mí me daba apuro, me daba vergüenza”. Ahora, la compañera de Esteban en Sálvame , ha dejado, tras su paso por Gran Hermano Vip , su piso del barrio de Salamanca y se ha mudado a una urbanización del norte de Madrid. Los muebles, de corte clásico, los ha aprovechado, a juzgar por las fotos del traslado, que fue el pasado 24 de febrero, un día antes de que Arrocet despejara la vida de Campos.
No hay mudanza tranquila ni perfecta, pero se sobrelleva mucho mejor si se hace en pareja y enamorada, aunque sea carreteando de mala manera las maletas y los bultos. Es el caso de María Patiño y Ricardo Rodríguez, que justo hace un año estrenaban casa en el barrio madrileño de Chamberí.