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Con Grace Kelly en el recuerdo

Carlota Casiraghi rindió homenaje a su abuela en su boda con Dimitri Rassam

Una boda y dos celebraciones. Carlota Casiraghi y el productor de cine Dimitri Rassam se casaron el sábado en el palacio real de Mónaco en una ceremonia civil en la que estuvieron acompañados de amigos y familiares, como sus respectivas madres, la princesa Carolina de Mónaco y la actriz francesa Carole Bouquet, ahora consuegras.

Aunque no se han dado detalles de la boda, el palacio de Mónaco publicó dos imágenes oficiales en las que se aprecian los homenajes que la novia hizo a su abuela materna Grace Kelly. Para su boda civil, que tuvo lugar en uno de los salones del palacio, Carlota llevaba un vestido corto de encaje gris brocado y adornado con grandes lazos, un diseño de la firma Yves Saint Laurent que guardaba un cierto parecido con el que su abuela lució en su boda civil con Rainero de Mónaco. Tras el ‘sí quiero’, los recién casados ofrecieron a los invitados un almuerzo informal a base de pizza y helados en los jardines del Palacio Grimaldi. Y a partir de las ocho, se celebró la fiesta en la villa de La Vigie, que fue propiedad del fallecido Karl Lagerfeld.

Si para la boda civil la hija de Carolina había optado por lucir su melena suelta, para la fiesta posterior apareció con el pelo recogido en un falso bob. Más novia, llevó un vestido largo más sofisticado de raso color blanco, con escote palabra de honor, ceñido bajo el pecho que pertenecía a la última colección de alta costura de Chanel que firmó Karl Lagerfeld. Un vestido que también recordaba a algunos de los icónicos modelos que llevó Grace Kelly en los años cincuenta. Pero el auténtico guiño de Carlota Casiraghi a su abuela fue recuperar una de sus joyas más conocidas: una gargantilla de inspiración art decó, con tres hileras de diamantes en talla esmeralda y brillante firmada por la casa Cartier. El novio también cambió su traje azul de la boda civil por un esmoquin de chaqueta blanca y pantalón negro y con su melena peinada con gomina. En la terraza de la villa, los novios posaron, mirándose a los ojos, con el Mediterráneo de fondo.

Carlota, de 32 años, y Dimitri, de 37. empezaron a salir en 2017 y al año siguiente acudieron junto al Baile de la Rosa. Pensaban casarse el pasado verano pero lo pospusieron hasta después nacimiento de su hijo Balthazar, que llegó al mundo el pasado mes de octubre. Se habló de crisis pero ellos lo negaron como prueba que han acabado casándose. Ambos comparten diversos elementos biográficos, algunos de carácter trágico como la pérdida de sus respectivos padres cuando eran niños. Carlota perdió el suyo, Stefano Casiraghi, cuando tenía cuatro años en un accidente náutico mientras participaba en una competición. En el caso de Dimitri, su padre, el también productor de cine Jean-Pierre Rassam, se suicidó en 1985 a los 43 años por una sobredosis de barbitúricos.