Ortega Cano: “No se puede uno callar a todo o te toman por el pito del sereno”

Al otro lado del teléfono, el diestro no se muestra exultante por la victoria judicial. Más bien parece hastiado: “Llevo aguantado mucho”, asegura. Según ha avanzado Eldiario.es, la revista Mongolia ha sido condenada por un juzgado de Alcobendas a pagar una multa de 40.000 euros por vulnerar el honor de José Ortega Cano.

Somos los primeros en comunicarle que la noticia ya circula en las redes y en preguntarle por qué le ofendió tanto un cartel de tono humorístico. “Yo no lo veo de esa manera. Yo no llegué a verlo porque vivo en Madrid pero mucha gente me habló y me enviaron fotos. Lo que se hizo fue utilizar mi imagen como si fuese un ser extraño, nada que ver con mi personalidad ni mi trayectoria y para un acto en Cartagena, lugar donde he nacido, donde la gente me quiere y me conoce y produjo un gran malestar en mis paisanos. Me dolió por mí pero también por ellos y porque hablaban mal de la Virgen de la Caridad. No había ninguna gracia en lo que hicieron. Me sentí mal”.

En uno de los carteles anunciadores de un evento organizado por la revista satírica en Cartagena podía verse a un alienígena recién descendido de un OVNI, con la cara de Ortega Cano y sosteniendo un cartel que rezaba “Antes riojanos que murcianos”. El personaje repetía en un bocadillo la conocida frase del diestro “Estamos tan a gustito” y abajo podía leerse “Viernes de dolores, sábado de resaca”.

En el otro cartel, también con fecha 12/11/16, aparece la Virgen de la Caridad con la cara de Donald Trump sosteniendo a una yacente Hillary Clinton. Esto colmó la paciencia de Ortega Cano. El torero deja entrever que estalló contra Mongolia resultado de un hartazgo: “No se puede uno callar a todo o te toman por el pito del sereno. Llevo mucho aguantado. A lo largo de la vida me han gastado muchas bromas pero con ética y gracia. Esto era algo feo y ordinario, vulgar. Desde luego, no del gusto de la gente de Cartagena”.

Según explica Eldiario.es, la juez ha tenido en cuenta el público potencial que vio el montaje gráfico, difundido por las redes sociales de la revista, cuyos seguidores suman 300.000 personas. Mongolia ha sido condenada también a publicar la sentencia en su web durante el mismo tiempo que el cartel estuvo en circulación.