Nominada a mejor película: ‘Bohemian Rhapsody’

La biografía cinematográfica de Freddie Mercury, el líder de la banda Queen, es de esas películas que gran parte de la crítica se apresura a condenar por “superficial” mientras el público forma largas colas para verla. Ocurre con alta frecuencia. Pero en este caso el éxito en taquilla ha ido acompañado de algunas sorpresas en respetables convocatorias de premios. Así que con Bohemian Rhapsody, de Dexter Fletcher y con un Mahershala Ali ya igualmente reconocido por su papel protagonista, no conviene hacer apuestas a la baja.

El largometraje combina música y drama con una eficacia casi desconocida. Quienes señalaban que el cinta era sólo para incondicionales del grupo británico y de su malogrado vocalista se equivocaron. Así lo indican las decenas de millones de espectadores que por ahora han pagado unos 800 millones de dólares (25 de ellos en España).

La cinta se centra en el rápido ascenso de Mercury como músico gracias a su estilo rompedor y único; en su caída a los infiernos –por su incontinencia con las drogas y al contagiarse con el virus VIH–, y en la reconciliación con sus compañeros de la banda en vísperas del concierto Live Aid para recaudar fondos destinados a paliar la miseria en África, en 1985.

Bohemian Rhapsody se plantó en la gran noche de los premios de la prensa extranjera en Hollywood con la autoridad que confieren sendas nominaciones a mejor drama y mejor actor. Y, entre significativos silencios, desganadas ovaciones y algunos abucheos de aquellos críticos poco favorables, se llevó ambos Globos de Oro.

El filme compite por el Oscar a mejor película con Roma, de Alfonso Cuarón; La favorita, de Yorgos Lanthimos; Black Panther, de Ryan Coogler; Green Book, de Peter Farrelly; El vicio del poder, de Adam McKay; Infiltrado en el KKKlan, de Spike Lee, y Ha nacido una estrella, de Bradley Cooper.