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Vuelve Quico Jubilata, una mirada optimista e irónica a la tercera edad

humor

El tiempo no perdona a nadie. Ni tampoco a Quique el Progre, el personaje de aquella tira cómica que reflejó con humor a la generación de jóvenes durante la transición. Quico ha vuelto, esta vez convertido en Quico Jubilata, con una historieta diaria en las páginas de La Vanguardia. Lo hace de la mano de su autor, el dibujante José Luis Martín. El personaje llega con menos pelo, algún que otro achaque, pero también con la hipoteca pagada, los hijos crecidos y más tiempo para la familia y los amigos. “Me gustaría mucho hacer una tira optimista sobre la vida de la tercera edad, una etapa que no suele mirarse con demasiado humor”.

El dibujante José Luis Martín

La suya, reconoce, no es la mirada de quien se encuentra instalado en la vejez, sino la de quien la observa desde la puerta de entrada, con sus ventajas y sus desventajas. Es el punto de vista de alguien que a los 64 años y con una larga carrera dibujando con humor la actualidad política –39 años como editor de El Jueves– ahora prefiere mirar lo que les ocurre a él y a sus amigos. “Es la entrada al tercer acto de la vida. Con lo bueno de no tener deudas y de poder hacer lo que te gusta. Pero también con cosas que hace veinte años no formaban parte de mi vida, como esas cuatro pastillitas de colores que me tomo por la mañana. Como esa artrosis en los tobillos, como el control del PSA o del colesterol; el cuidado con los michelines, porque a la que te despistes podrías convertirte en una bola de sebo. Y esa filosofía que aplicas, del “Virgencita, que me quede como estoy”.

El nuevo proyecto, que estos días ha empezado su andadura, supone para José Luis Martín la satisfacción de cerrar un ciclo profesional regresando a un diario en el que trabajó durante 1976 y 1977. “Fue una experiencia que me pilló demasiado joven, con poco más de 20 años. Cuando Perich dejó el diario me recomendó, y ahí estuve, con mis dibujos bajo el epígrafe “Sonrío, luego existo”.

El dibujante asegura que ahora no busca ni la actualidad ni la polémica. “Todos los tipos de humor son buenos, y yo me he dedicado durante 40 años al humor político, pero ahora lo que me ilusiona es provocar una sonrisa y animar a las personas que se están haciendo mayores a disfrutar de los buenos momentos; de los hijos, de los nietos, de los amigos”. Martín considera que la ilustración en los medios sigue teniendo un papel crucial, y reconoce que ha habido hechos como la tragedia del semanario Charlie Ebdo en Francia que han demostrado ese poder. “Me emocionó la respuesta social. La manera de decir ‘Esta es nuestra civilización y vamos a defenderla’”. Recuerda el dibujante que pocas cosas ofenden tanto a los fanáticos y a los dictadores como sentirse ridiculizados. “Porque son gente estúpida e intolerante. Y el humor los desnuda”.