La posibilidad de divorciarse en un país extranjero puede estar determinada por las leyes de este país. En ciertos espacios, como la Unión Europea se han establecido normativas que regulan la posibilidad de llevar a cabo la disolución de un matrimonio, tanto para personas pertenecientes a los países que la componen como para personas extracomunitarias.
Sin embargo, dentro de la UE la legislación que regula un divorcio no tiene por qué ser la del país en el que este es interpuesto. Diecisiete países dentro de la Unión reconocen los divorcios transfronterizos en base a ciertos supuestos que permiten que la resolución se gestione desde otro país diferente, siempre y cuando se cumplan unos criterios de residencia y nacionalidad de ambos cónyuges.
Además, cualquier divorcio llevado a cabo en un país de la Unión Europea serán reconocidos en el resto de los países sin tener que poner en marcha ningún otro proceso con la salvedad de Dinamarca, país en el que no se aplican las mismas reglas que en el resto del territorio.
¿Cuándo es posible un divorcio de extranjeros en España?
La legislación española regula la competencia, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental por medio del Reglamento de la Unión Europea CE/2201/2003 y matiza algunos supuestos en la Ley orgánica del Poder Judicial. La forma de establecer su criterio es en base a la residencia habitual y permite la aplicación de esta a residentes extranjeros en la UE, aunque no sean comunitarios.
Para que una pareja pueda divorciarse en España deben cumplirse ciertos requisitos: 1La residencia habitual de los cónyuges debe estar en el país.
2La residencia habitual de quién interponga la demanda de divorcio está en el país.
3La residencia de la persona demandada está en España.
4España ha sido el último lugar de residencia habitual de los cónyuges.
5Al menos uno de ellos vive de forma habitual en España si la demanda es conjunta.
6El demandante ha vivido al menos un año en el país antes de haber presentado la demanda o ha residido en España los 6 meses directamente anteriores a la petición de divorcio.
Según el tribunal de Justicia de la Unión Europea estos criterios son alternativos y no se deben dar preferencias entre ellos.
Debido a estos criterios, un supuesto como el divorcio de un matrimonio que pasa grandes temporadas viviendo en España tras su jubilación, podría celebrarse, sin ningún problema en el país, teniendo la posibilidad de presentarlo en cualquier juzgado del territorio nacional.
¿Y si uno de los cónyuges no viviera en España?
Para poder llevar a cabo el divorcio en este supuesto, deberá tramitarse un Poder especial para el juicio de divorcio ante la embajada del país en el que resida la persona que vive fuera de España.
Una de las particulares de este poder es que debe estar tramitado y redactado de una forma muy particular que pueda ser utilizado por los Juzgados españoles demostrando que está de acuerdo en poner en marcha el divorcio y apoderando al su Procurador en España para que este pueda realizar el papeleo en su nombre.
¿Qué documentación es necesaria para divorciarse en España siendo extranjero?
Para poder presentar una demanda de divorcio en España siendo extranjero, más allá de tener que cumplir los requisitos previamente descritos, las personas implicadas deberán presentar cierta documentación que permitan llevar a cabo los trámites del divorcio.
Esta documentación incluye los datos personales de ambos cónyuges entre los que se encuentran los documentos de identificación y datos acerca del matrimonio, los hijos y la vivienda familiar. Además, por supuesto, será necesario presentar el certificado de matrimonio y los certificados de nacimiento de los hijos en caso de tenerlos.
Divorcio en España desde el extranjero
Es posible que un español deba plantear su divorcio desde el extranjero para ponerlo en marcha en España. Para que este supuesto sea válido, el divorcio deberá ser de mutuo acuerdo. En este caso se precisará de la intervención de al menos un Procurador, puede ser el mismo para ambas partes, que represente a los cónyuges durante el proceso.
Una vez que son presentados los datos para poner en marcha el divorcio, se estudiará la viabilidad de poder llevarlo a cabo en España.
Si una de las partes no viviera en España y la otra sí, también sería posible poner en marcha la disolución del matrimonio, presentando un Poder notarial especial, como el que ya se ha mencionado, en la embajada del país donde se resida.