El pasado 22 de diciembre de 2022 se publicó en el Boletín Oficial del Estado la Ley 28/2022, de 21 de diciembre, de fomento del ecosistema de las empresas emergentes, mejor conocida como Ley de Startups. Junto con la Ley Concursal y la Ley Crea y Crece, la nueva ley de startups forma parte de un conjunto de reformas que busca impulsar el emprendimiento y la innovación en el país. Esta iniciativa plantea importantes beneficios fiscales para las empresas emergentes con alto potencial de crecimiento.
La Ley de Fomento del Ecosistema de Empresas Emergentes fue aprobada por el Pleno del Congreso de los Diputados el 3 de noviembre de 2022, tras diez meses de tramitación legislativa. Con su publicación en BOE, se convierte en el principal lineamiento que servirá para establecer un régimen fiscal favorable para empresas, inversores y trabajadores. Repasemos brevemente las principales novedades que introduce la nueva ley de startups.
¿Qué es una “startup”?
La Ley 28/2022, de 21 de diciembre, establece cuáles son las condiciones que debe cumplir una persona jurídica para ser considerada como ‘empresa emergente’ o startup. En términos generales, una ‘startup’ es una empresa de reciente creación que se caracteriza por ser innovadora, tener una base tecnológica y proyectarse al futuro con una gran capacidad de crecimiento. Los artículos 3 y 4 de la nueva ley de startups definen con mayor precisión a esta figura empresarial en auge.
En primer lugar, la empresa debe ser de nueva creación o con una antigüedad no superior a los cinco años. Las empresas que se encuadren dentro de un sector considerado estratégico (biotecnología, energía, industriales, etc.) y que no superen los siete años de antigüedad también entran en la categoría de startups. En todos los casos, es esencial que la persona jurídica no cotice en un mercado regulado ni haya distribuido dividendos. Asimismo, debe desarrollar un proyecto de emprendimiento innovador que cuente con un modelo de negocio escalable.
Otra condición indispensable para obtener la designación de ‘empresa emergente’ es tener la sede social, domicilio social o establecimiento permanente en el territorio español. Igualmente, al menos el 60% de la plantilla de trabajo debe haber sido contratada en España. No se tomarán en cuenta a las empresas que hayan surgido de una operación de fusión, escisión o transformación de empresas que no tengan la consideración de ‘emergentes’.
Principales novedades tributarias de la ley de startups
Las personas jurídicas que cumplan simultáneamente con todas las condiciones anteriores podrán beneficiarse de las ventajas introducidas con la nueva ley de startups. En esencia, esta normativa se centra en ofrecer incentivos fiscales y laborales a las actividades de investigación, desarrollo e innovación tecnológica, así como simplificar los trámites para la constitución de este tipo de empresas. El objetivo principal es crear un ecosistema propicio para que las grandes compañías, pymes y empresas emergentes colaboren entre sí y con las universidades y centros de investigación. Además de estimular la inversión, la ley de startups pretende atraer a nuevos talentos y reducir la fuga de cerebros.
Uno de los principales beneficios fiscales para las empresas es que la nueva normativa reduce el tipo impositivo en los impuestos sobre la renta de los no residentes y de sociedades, que pasa del 25% general al 15% en los primeros cuatro ejercicios con base imponible positiva. Asimismo, la base máxima de deducción por inversión en empresas nuevas o recientes se eleva de 60.000 a 100.000 euros al año, y el tipo de deducción pasa del 30% al 50%.
Beneficios fiscales para extranjeros, nómadas digitales y trabajadores remotos
En aras de atraer y retener a nuevos talentos, la Ley de Fomento del Ecosistema de Empresas Emergentes facilita la obtención de visado y residencia a trabajadores remotos y nómadas digitales. Por ejemplo, el texto contempla que los inversores no residentes en España sólo necesitarán el NIF, y ya no será obligatorio obtener también el Número de Identificación de Extranjeros (NIE).
Además, podrán disfrutar de un acceso mucho más fácil al Impuesto sobre la Renta de No Residentes (IRNR), ya que la cantidad de años de no residencia exigida se reduce de diez a tan solo cinco años. Bajo esta tributación, el no residente sólo tendrá que pagar un 15% de impuesto sobre sus ingresos, en lugar del 24% establecido en el régimen anterior.
En definitiva, suavizar la normativa fiscal y administrativa era un paso obligado que el Gobierno debía dar en pro del emprendimiento y la innovación en el país. Se estima que, en un lapso de tres años, las medidas adoptadas con la nueva ley de startups incrementen en un 20% la inversión actual. Por supuesto, es temprano para determinar todo el impacto económico que tendrá la aplicación de esta nueva normativa.