El primer día de Marc Murtra al frente de Telefónica ha sido un fiel reflejo de lo que el nuevo directivo de la compañía tendrá que afrontar en su mandato. Por un lado, el Gobierno que lo ha elegido en boca del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, le ha dado margen de actuación. “Tanto el Estado como el resto de accionistas tiene la apuesta por el medio y largo plazo en el caso de Telefónica, que no es cosa de una semana o varios días, sino que a futuro podamos seguir manteniendo ese elemento de liderazgo”, aseguró desde Bruselas, informa Anna Buj.
Los mercados fueron más duros. La acción cayó un 2,7% tras abrir rozando el 4% de bajada. ¿La razón? “La mala noticia que supone la entrada del Gobierno con los consiguientes temores a un mayor intervencionismo y pérdidas de independencia”, apuntaban los analistas de Alantra, entre otros muchos.
Lo que espera el principal accionista de la compañía, la SEPI, es mantener el liderazgo en el futuro
Pero más allá de la reacción a una noticia que pocos tenían en el radar el pasado viernes, lo cierto es que la exigencia de los mercados y analistas para el nuevo presidente no va a ser muy diferente a la que ha pesado como una losa sobre el reinado de Pallete: rebajar la deuda, incrementar el valor de la acción y mantener el dividendo.
No será fácil contentarlos. En cuanto a la deuda, Pallete se la encontró en 53.116 millones de euros en 2016 y consiguió rebajarla a 28.748 millones. Era su principal obsesión y siempre se sintió un incomprendido por los analistas que nunca le valoraron ese esfuerzo. Ahora, Murtra tiene mucho menos margen de rebaja. Sobre todo si Telefónica lleva a cabo la adquisición de Minsait o de la división de pagos de Minsait.
Si Telefónica decide adquirir Minsait tendrá que endeudarse todavía más
Minsait es la filial de Indra que la compañía, con Murtra al frente, planteó poner en venta. “Telefónica solo podría adquirir Minsait endeudándose y eso hundiría todavía más la acción. Hipotéticamente, también está la opción de vender su participación en Reino Unido en O2, cuyo capital comparte con Virgin. Pero eso supondría perder presencia en uno de los mercados que, al menos hasta ahora, la compañía considera estratégicos. Lo que también haría caer la acción.”, explicaba ayer una fuente cercana a la compañía.
Un riesgo que no le van a permitir ni los mercados ni los propios accionistas. Con Pallete, la acción se ha devaluado un 57% y los accionistas se lo han recriminado desde siempre. La diferencia entre su mandato y el de Murtra será que mientras en la era Pallete ninguno de los máximos accionistas de la compañía tenía más de un 5% del capital, en la era Murtra, hay accionistas con más peso. El Estado tiene el 10%, un 9,9% Criteria, un 9,9%, y el fondo saudí STC, un 9,97%
Guerra de precios, inversión en infraestructuras
Por otro lado, el nuevo principal accionista de Telefónica, el Estado, le exige liderazgo. En este campo, Murtra se tendrá que enfrentar a uno de los sectores más competitivos del mundo. Con una aguda guerra de precios que ya ha expulsado de España a gigantes como Vodafone, que vendió su filial española en 2023. No es desdeñable tampoco el objetivo de crecer y liderar al mismo tiempo que se le exige invertir en el despliegue de infraestructura para dar servicio a la tecnología 5G, en un momento en el que Pallete (el mayor defensor de la inversión durante años) ya se había plantado.
Murtra deberá decidir entre invertir en solitario o fusionarse para ello con otros operadores como están haciendo otras grandes compañías. La duda es si querrán esos otros posibles socios aliarse con un compañía con un 10% de capital del Estado. “No sería un gran problema. Todas la grandes operadoras europeas tienen capital público”, aseguran en el sector. Incluso otras fuentes aseguran que “hasta podría ser beneficioso si tiene el favor del Estado desde el punto de vista de la regulación”.
Fuera de España, Murtra sufrirá para encauzar el negocio de América Latina agrupado en la división Hispam, que deja fuera a Brasil.