El Gobierno consiguió arrancar al filo de la medianoche de este lunes un pacto para intentar prorrogar el impuesto a la banca, que estaba a punto de naufragar. En un acuerdo cerrado in extremis con ERC, Bildu y el BNG, Hacienda logró sumar apoyos para aprobar un nuevo tributo a entidades financieras que se endurecería en el tramo más alto y que, además, dirigiría la recaudación a las comunidades de régimen común, además de concertarse con las haciendas vascas y navarra. El jueves, en el pleno del Congreso, se sabrá si este nuevo tributo logra los votos necesarios para que entre en vigor.
Este acuerdo, no obstante, necesitaría los votos de Podemos. La secretaria general de la formación morada, Ione Belarra, “sólo apoyará esta reforma fiscal si el impuesto a las energéticas realmente se mantiene”. Lo que los socios de la izquierda han logrado a altas horas de la noche es el compromiso del Gobierno para aprobar un decreto que prorrogaría un año el actual graven energético, pero esta medida necesitaría, para su convalidación, el concurso de Junts.
La votación definitiva será el jueves en el pleno del Congreso
De hecho, minutos después de cerrarse la Comisión, el Ministerio de Hacienda remitió un comunicado asegurando que “el Gobierno quiere aclarar que mantiene su acuerdo con Junts para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización”. Es decir, el Gobierno mantiene la literalidad de su pacto con el grupo catalán, pese al acuerdo con las formaciones de izquierdas.
Los socios de la izquierda pactan un tributo más duro a la banca, que apoyan Junts y PNV
El Congreso de los Diputados vivió este lunes una de las noches más rocambolescas que se recuerdan. La Comisión de Hacienda hizo caer, con diferentes combinaciones de votos, la mayor tributación de los seguros privados, la reforma del régimen fiscal de las socimis, la eliminación de la bonificación al diésel, el IVA del 21% a los pisos turísticos y un nuevo tributo a la riqueza.
Las votaciones a las enmiendas se fueron sucediendo hasta que llegó el momento de votar el dictamen, es decir, la base sobre la que se iba a articular toda la reforma fiscal. El objetivo de Hacienda hasta última hora de la noche era salvarlo porque si el dictamen hubiera caído, el Gobierno tendría que haber renunciado a toda la reforma. El dictamen se votó finalmente a las 00:45 horas y logró el apoyo de los socios de investidura. El jueves se vivirá el capítulo final con la votación en el pleno.
Si España no lograra aprobar la reforma fiscal antes del 31 de diciembre el quinto pago de los fondos europeos corre peligro (unos 7.000 millones) y se expone a una sanción de la UE.
El meollo del conflicto fiscal entre el Gobierno y sus socios de investidura giró en torno al impuesto a la banca. ERC, Bildu y el BNG lo rechazaban por considerarlo insuficiente. En medio de la Comisión, PSOE, Sumar y Junts ofrecieron una enmienda transaccional para, incluso, endurecer el tributo bancario con un tipo mayor y la eliminación de la deducción en el impuesto de sociedades. Fue un intento para atraer a la izquierda, pero no fue suficiente. Los nacionalistas de izquierdas se abstuvieron y provocaron un empate técnico en la votación de esa enmienda transaccional. La Mesa de la Comisión calculó el voto ponderado en base a los diputados de los grupos parlamentarios y la propuesta naufragó. Minutos más tarde, ERC, Bildu y el BNG votaron en contra del impuesto a la banca que habían pactado PSOE y Junts.
Con el dictamen en el aire, y tras intensas negociaciones, ERC, Bildu y el BNG alumbraron el acuerdo para aprobar un impuesto a la banca en los mismos términos de la enmienda transaccional que habían rechazado. Esa enmienda fue pactada por PSOE, Sumar y Junts, y logró el voto favorable del PNV. Faltaría, por tanto, confirmar el apoyo de Podemos para dar por seguro que habrá un nuevo impuesto a la banca.
El quinto pago de los fondos europeos (unos 7.000 millones) depende de la reforma fiscal
A cambio, el Gobierno se comprometió con sus socios de izquierdas a aprobar un real decreto-ley para prorrogar durante todo el 2025 el actual gravamen a las energéticas. Sin embargo, la convalidación de esta medida necesitaría el apoyo de Junts, que ya rechazó un nuevo impuesto energético para asegurar las inversiones de Repsol en Catalunya, y del PNV, que reclamó la concertación del tributo.
Pese a este acuerdo, el Gobierno recibió este lunes un serio varapalo parlamentario al ver cómo la mayor parte de la reforma fiscal que planteaba para aumentar la recaudación fue rechazada en primera instancia. La Comisión de Hacienda, en efecto, tumbó el grueso de medidas que proponía el Ejecutivo tras cerrar acuerdos en materia de impuestos con Sumar, Junts y PNV, lo que dejó descafeinada la reforma. La Agencia Tributaria se quedará a partir del 1 de enero sin una parte de los ingresos que había previsto.
El debate fue de tal intensidad que la Comisión de Hacienda tuvo que hacer un receso hasta las 23 horas para intentar desbloquear la negociación. Los principales negociadores del PSOE fueron Rafael Simancas, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, y el jefe de gabinete de la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, Carlos Moreno. La intensa negociación de este lunes vaticina una compleja travesía para alumbrar los presupuestos del 2025.
En esta negociaciones, Hacienda sí logró que la comisión aprobara la subida del IRPF a las rentas más altas del capital, un endurecimiento de la fiscalidad al tabaco, la imposición de una tasa a los cigarrillos electrónicos y una rebaja impositiva a las pymes y a las entidades deportivas sin ánimo de lucro, cumpliendo así el pacto con Junts.
Hacienda tampoco ha logrado los votos para secundar el fin del régimen impositivo de las socimis. Tampoco para elevar la fiscalidad a los seguros privados. Ni tiene los apoyos para subir el IVA a los apartamentos turísticos. Tampoco, por supuesto, prolongar el impuesto a las energéticas, medida que ya se daba por finiquitada hace semanas. Estas votaciones tendrán el jueves que confirmarse en el pleno, si se llega a celebrar.