La multinacional francesa Danone, fundada en Barcelona en 1919, anunció a principios de año el cierre de la histórica fábrica de Parets del Vallès, en marcha desde hace más de 40 años y con 157 trabajadores. De esta manera, el líder mundial de los yogures abandona la producción de lácteos en la comunidad que la vio nacer. François Lacombe, director general de Danone para Iberia, analiza los motivos del cierre y explica la estrategia de descarbonización de la compañía, dentro de la cual se incluye la presentación esta semana de la primera granja con certificación BCorp del continente en España. Danone facturó 842,9 millones de euros en el país en el 2022 (último ejercicio disponible en el registro mercantil) y ganó 10,8 millones.
¿Por qué han decidido cerrar la fábrica de Parets?
Ha sido una decisión muy difícil y muy analizada. Nuestros volúmenes se han reducido los últimos años.
¿Han reducido el volumen de venta en España?
Sí, básicamente de productos que se elaboran en la planta de Parets. Nosotros hemos de tener competitividad, particularmente frente a la marca propia, que se está desarrollando, y prepararnos para el futuro. Por eso hemos tomado esta decisión, para ser más competitivos.
Los últimos años Danone realizó inversiones millonarias en esta planta. Sorprende que, después de este esfuerzo inversor, ahora la fábrica vaya a cerrarse.
Desafortunadamente, el volumen de la planta se ha reducido a niveles que no son sostenibles. Ahora, es muy importante trabajar de la mano de los representantes del personal y tener un proyecto de reindustrialización, es decir, que se mantenga la fuente de empleo en este lugar. Estamos trabajando de manera muy activa y tenemos varios contactos interesados.
“Hay un cambio de hábitos de consumo; la proteína está en auge y funciona mejor que los productos indulgentes”
¿La fábrica, pues, no es rentable?
Si tú miras nuestro coste industrial en España, con las tres plantas que tenemos, está muy lejos de ser competitivo frente a nuestros competidores. Teníamos que encontrar la manera de que esta base industrial fuera eficiente.
¿Qué productos se fabrican en Parets?
Activia, Oikos y Alpro. El 90% de lo que se produce en Parets va a ir a la planta de Aldaia en Valencia. Esto es muy importante porque mantenemos la actividad industrial y el empleo en España.
¿La planta de Aladia es entonces más eficiente para poder absorber este volumen proveniente de Parets?
Es más grande y más optimizada.
Ha mencionado que están en contacto con interesados para reindustrializar la planta. ¿Cuándo esperan cerrar un acuerdo?
Tenemos varios contactos interesados y serios con los cuales mantenemos conversaciones avanzadas. No puedo comentar nada más aún. El cierre de la planta se hará entre el último trimestre del año y el primero del siguiente.
¿La Generalitat de Catalunya o el Gobierno de España les están ayudando en esta búsqueda de comprador para la planta?
“Tenemos varios contactos interesados y serios con los cuales mantenemos conversaciones avanzadas”
Hemos estado en comunicación con las autoridades y siempre mantenemos un vínculo estrecho. Hemos compartido desde el inicio nuestro compromiso con la reindustrialización y por eso trabajamos para que eso avance.
¿Confían entonces en que pueda haber una reindustrialización, en que haya continuidad de la actividad para la planta con otra empresa? ¿Esto va a ocurrir?
Confío en ello.
¿Seguirán trabajando con granjas catalanas pese a que se cierre la planta de Parets y dejen de producir lácteos en Catalunya?
El sector agro es un socio estratégico y mantenemos relaciones a largo plazo. Seguiremos trabajando con ellos.
¿Por qué motivo se ha reducido el volumen de ventas de los productos que se fabrican en esta planta?
Hay un cambio de hábitos del consumidor. En Aldaia, por ejemplo, fabricamos productos con proteína. La proteína está en auge y funciona mucho mejor que los productos indulgentes. Siempre tenemos que leer por dónde va el consumidor y cómo nos adaptamos. Por otro lado, vemos un crecimiento de marcas propias [de distribuidor o marca blanca] que nos hacen competencia y nos han puesto en una situación difícil.
¿Cómo han reaccionado al auge de la marca blanca?
El consumidor elige y está en el centro de todo lo que decidimos. Prefiero tener una actitud propositiva, no hay ninguna razón para que la marca propia siga creciendo. Hay cosas que nosotros podemos hacer en materia de innovación para cambiar las cosas. El año pasado lanzamos una campaña de reconexión con Danone, con el pack de yogur natural a un euro, para acercarnos más a los hogares españoles. Hemos reclutado dos millones y medio de hogares nuevos que no teníamos en el último año y fue la primera marca de España en crecimiento de penetración. Si piensas en el consumidor y adaptas lo que haces, las cosas van bien. Hemos lanzado otras innovaciones. Las categorías de yogur griego y de proteína van bien y crecen, por ejemplo. Por tanto, hay que proponer productos que se adapten a la demanda y hacerlo antes que nuestros competidores. Y en eso estamos.
“Con las acciones que lanzamos el año pasado hemos ganado cuota porque pusimos el foco en el consumidor”
¿La pérdida de cuota respecto a la marca blanca se ha producido a causa de la inflación de los últimos dos años o es un proceso que arranca antes?
Arranca de antes, pero se ha acelerado los dos últimos años. En la categoría de yogur, siete de cada 10 yogures son de marca blanca.
¿Por qué en el yogur, su producto más emblemático, ha crecido tanto la marca blanca?
Tenemos que innovar y a lo mejor no hemos innovado suficientemente antes. Con las acciones que lanzamos el año pasado hemos ganado cuota porque pusimos el foco en el consumidor, en la innovación y en la cercanía con los hogares. Se pueden cambiar las cosas.
Las cadenas de supermercados están potenciando su propia marca y hemos visto casos en los que algunas enseñas han retirado marcas muy potentes por desacuerdos comerciales y de precios. ¿Danone ha sufrido esta situación con algún distribuidor?
No. Obviamente hay negociaciones, pero no podemos trabajar el uno sin el otro.
Los costes de producción han disminuido los últimos meses. El precio de la leche, por ejemplo, está bajando, así como el de la energía. ¿Esto puede beneficiar a Danone?
El precio de la leche había subido bastante, y ahora se ha tranquilizado, digamos. Aún así, seguimos estando en un ecosistema muy volátil. Hay que ser muy cautelosos con las predicciones. No siento que estemos entrando en un momento en que todos los costes vayan a reducirse de manera constante.
“Hemos logrado reducir en un 20% las emisiones de CO2”
¿Cómo van su actividad y ventas este 2024?
El contexto no es más fácil que el del año pasado, hay que estar muy atentos. Lo que iniciamos en el 2023 sigue dando frutos y tenemos un pipeline de innovación muy interesante. Tengo confianza en nuestros planes, porque van allá donde el consumo va.
Acaban de presentar la certificación BCorp de una de sus granjas colaboradoras en España. ¿A qué responde este proyecto?
Tenemos una granja modelo en Bétera (Valencia), More Holstein, que ha recibido la certificación BCorp. Trabajamos con ella desde hace 43 años y es la primera granja de Europa y la segunda en el mundo en recibir este sello por su compromiso social y medioambiental. Forma parte de nuestra estrategia para promover la descarbonización del sector agroganadero. En Danone hemos logrado reducir en un 20% las emisiones de CO2 procedentes de la leche, y tenemos el objetivo de reducirlas hasta un 37% en 2030.