“EE.UU. estimula y China planifica, mientras que Europa solo regula”, con estas palabras, Luca De Meo, consejero delegado del Grupo Renault y presidente de la patronal europea de fabricantes de vehículos Acea, ponía el foco en las dificultades a las que están teniendo que hacer frente los fabricantes de vehículos en Europa, en una zona geográfica en las que un exceso de buenas intenciones no se está transformando en beneficios, sino todo lo contrario. Ahora, un informe de la organización sin ánimo de lucro de referencia en el sector del transporte Transport & Enviroment (T&E) demuestra que el riesgo del que alertaba De Meo es toda un realidad.
Entre el 2021 y el 2023 las inversiones mundiales en desarrollo y fabricación de vehículos eléctricos se han multiplicado por seis. En total se anunciaron 265.000 millones de euros en todo el mundo, una cuantía similar al PIB de Rumania. Los fabricantes europeos son los que han anunciado más inversiones: uno de cada tres euros. Pero ese dinero no se ha destinado mayoritariamente al continente europeo, sino que ha sido Norteamérica la que se ha llevado la mayor parte de las inversiones: un 37%, lo que equivale a 90.000 millones. En cambio, en suelo europeo solo se ha quedado el 26% del total: 70.000 millones. China fue el tercer territorio donde más se invirtió: 51.000 millones, el equivalente al 19% del total.
Europa asegura menos inversiones en vehículos eléctricos, sobretodo de fabricantes extranjeros
En millones de euros
Origen del fabricante
Destino de la inversión
América del Norte
97.000
Europa
86.000
China
44.000
Europa
70.000
Corea del Sur
44.000
Estados Unidos
41.000
China
51.000
Corea del Sur
24.000
Japón
31.000
Japón
4.000
Fuente: Transport
& Environment (T&E)
Europa asegura menos inversiones en vehículos eléctricos, sobretodo de fabricantes extranjeros
En millones de euros
Origen del fabricante
Destino de la inversión
América del Norte
97.000
Europa
86.000
China
44.000
Europa
70.000
Corea del Sur
44.000
Estados Unidos
41.000
China
51.000
Corea del Sur
24.000
Japón
31.000
Japón
4.000
Fuente: Transport & Environment (T&E)
Europa asegura menos inversiones en vehículos eléctricos, sobretodo de fabricantes extranjeros
En millones de euros
Origen del fabricante
Destino de la inversión
América del Norte
97.000
Europa
86.000
China
44.000
Europa
70.000
Corea del Sur
44.000
Estados Unidos
41.000
China
51.000
Corea del Sur
24.000
Japón
31.000
Japón
4.000
Fuente: Transport & Environment (T&E)
Europa ha fallado al incentivar la demanda y descuidar la industria y en su errática política de objetivos
“El sector en China está ya en otro estadio; en aquel país, el desarrollo del vehículo eléctrico lleva años de adelanto respecto a Occidente, y ahora están ya retirando las ayudas porque las cadenas de producción son rentables por sí solas”, asegura Ignacio Crespo, socio de consultoría de KPMG en España.
La incongruencia es que los principales inversores europeos dan la espalda a sus propios países de origen. Es el caso del mayor fabricante de vehículos eléctricos de Europa, Stellantis, que solo ha destinado el 10% de sus inversiones a la geografía de la que es originario, mientras que el 74% de su presupuesto lo ha localizado en Norteamérica. La tendencia es generalizada. Solo seis de los grandes fabricantes de vehículos del mundo, BMW, JLR, Renault, Mercedes, Nissan y Volkswagen, han destinado más del 50% de sus inversiones a Europa.
“La normativa siempre ha impulsado la inversión en coches limpios, y ahora Europa se está quedando rezagada a causa de la debilidad de las normas de CO2en la década del 2020. Acabar con la incertidumbre sobre el objetivo de la UE para el 2035 de coches de emisiones cero es el primer paso para asegurar más producción y empleo para los países europeos”, explica Carlos Rico, experto en políticas de transporte y medio ambiente de T&E.
25.000 millones menos de inversión
Eso se traduce en que en el 2023 las inversiones anunciadas con destino al sector del vehículo eléctrico en Europa se incrementaron en 4.000 millones, mientras que en el 2022, el incremento había sido de 29.000 millones, 25.000 millones menos en un año.
Más allá de la claridad legislativa, Estados Unidos tiene definida una estrategia de reducción de emisiones ligada al vehículo eléctrico hasta el 2032. Los fabricantes se decantan por ese país también por las ingentes cantidades de dinero que la Inflation Reduction Act (IRA), normativa para reducir la inflación, proporciona al vehículo eléctrico: más de 70.000 millones.
“La situación para Europa podría incluso ser peor que la que dibuja el informe de T&E”, asegura Ignacio Crespo. “El gran error de Europa en este punto ha sido centrar las ayudas en la demanda, dejando a un lado la industria de la fabricación. EE.UU. ha inyectado ingentes cantidades de ayudas a Tesla, al igual que hizo China con los fabricantes de su país.Vamos ya muy tarde”, asegura el socio de KPMG.
Todo un sector en riesgo
Está en juego un sector que aporta el 8% del PIB (todo lo que se produce en un año) de la Unión Europea, el 30% de su gasto en I+D, y genera 13 millones de empleos. Sin esta aportación, Europa afrontaría un déficit comercial estructural. El riesgo es suficientemente grande como para que el Viejo Continente, más allá de reconfigurar ayudas y fijar objetivos claros, se centre en modificar lo que, según Ignacio Crespo, es uno de los principales desincentivos de la inversión: “El maremágnum legislativo”. En su opinión, “hay una política común, pero la realidad es que cada país y, dentro de cada país, cada comunidad autónoma, cada länder, etcétera, tiene sus requisitos y peculiaridades, lo que complica mucho cualquier proyecto. Si eso no se cambia, Europa tiene muy difícil competir en el mundo”, asegura.