A sus 93 años, Warren Buffett asegura que se encuentra bien de salud. Pero, al mismo tiempo, recuerda con ironía que conoce muy bien cómo funcionan las tablas actuariales de las estadísticas, al haber invertido en seguros. El Oráculo de Omaha sabe que su tiempo biológico se acerca a su fin.
Esta semana la reunión anual de accionistas en Omaha (Nebraska) de su conglomerado financiero, Berkshire Hathaway, ha sido muy especial. Fue la primera sin la presencia de su socio y amigo Charlie Munger, que falleció el año pasado a los 99 años. Y ha sido una cumbre marcada también por cierta melancolía, con la sensación de que una etapa que empezó hace sesenta años está a punto de acabarse.
Se ha celebrado la primera junta de Berkshire Hathaway sin Charlie Munger, recién fallecido
Warren Buffett confesó que en la actualidad su staff apenas le consulta para las decisiones operativas, a estas alturas de su vida empresarial. Como dirían algunos, ha dado un paso al lado. Greg Abel, su sucesor designado, acaparó las miradas. En veinte años en la compañía se ha ganado la confianza del inversor más célebre del mundo, hasta convertirse en su delfín. “Esto es como una monarquía. El heredero lleva años preparándose”, comentan quienes estuvieron en la cita, que convocó a miles de personas. “Greg Abel entiende muy bien los negocios. Y si entiendes los negocios, entiendes las acciones”, aseguró Buffett.
Varios de los asistentes a la reunión de este año, conocida como el Woodstock del capitalismo, sin admitirlo expresamente, sabían que podría ser una de las últimas veces para ver de cerca a Warren Buffett, sexto hombre más rico del mundo, en acción.
Beneficios de 11.000 millones
Algunos hicieron cola desde las cinco de la mañana. Y él no defraudó. Tras una standing ovation , se sometió a una batería de preguntas durante casi cinco horas, sin separarse nunca de su amada Cherry Coke, bebida de la que hace consumo diario (y de la que por cierto es accionista).
Este año hubo varias novedades. Berkshire Hathaway cerró el primer trimestre de este año con unos beneficios operativos de cerca de 11.000 millones de euros, una cifra récord, con un crecimiento del 39%. Pero tal vez lo más llamativo es que Warren Buffett llega al final de su carrera empresarial con una caja más rica que nunca, debido, en su opinión, a la falta de oportunidades de inversión. El tesoro que deja en herencia a sus accionistas es de 175.000 millones de euros.
A Buffett se le reprochó haber invertido demasiado tarde en tecnología, hasta que entró en 2016 de forma masiva en Apple, al considerarla una empresa de consumo. Su participación en la firma de Tim Cook (presente en primera fila en Omaha) vale más de 130.000 millones de euros. Pero se recortó un 13% en el primer trimestre: no por desconfianza, sino –oficialmente–por motivos fiscales.
Como curiosidad, Buffett ha hecho su fortuna empresarial en cartera gracias a tan solo cinco valores cotizados: Apple, Coca Cola, Bank of America, American Express y Chevron, que representan casi dos tercios de su portfolio. Con el foco casi exclusivo en Estados Unidos. “He visto a dos grandes de la inversión como Bill Ackman, de Pershing Square Capital, y Li Liu, de Himalaya Capital Management”, cuenta un gestor barcelonés que fue a Omaha para no perderse el espectáculo. “Quizá lo más relevante es ver la cantidad de gestoras que ahora copian o se inspiran en el modelo Buffett”, asegura. “Esta es la verdadera herencia que deja”.
Para Buffet solo existe el corto plazo
Obviamente, el oráculo también cometió algún error a lo largo de su extraordinaria carrera. Admitió, por ejemplo, que con la productora de cine Paramount perdió dinero y que ahora ha salido por completo del capital. Sus inversiones en el sector energía tampoco rinden tanto como en el pasado, con el cambio climático que obliga a repensar la estrategia.
Al final nadie es perfecto, ni siquiera él. “Mi futuro puede durar otros seis o siete años o acabar mañana. El año que viene espero estar aquí otra vez. Pero si la empresa toma malas decisiones, podría incluso volver del cielo para echar la bronca”, bromeó. Para Buffett solo existe el corto plazo.