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Biden quiere triplicar los aranceles al acero y el aluminio chinos: "las empresas chinas no compiten, hacen trampas"

Estados Unidos

El presidente anuncia en Pittsburgh (Pensilvania) una investigación a las prácticas comerciales de China y se compromete con los sindicatos estadounidenses: "sois la columna vertebral de América"

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante su discurso este miércoles en la sede del sindicato United Steelworkers en Pittsburgh (Pensilvania). 

AFP

En un discurso ante el principal sindicato del metal en Pittsburgh (Pensilvania), Joe Biden ha anunciado este miércoles su intención de aumentar los aranceles al acero y el aluminio chinos, en una medida proteccionista que se asemeja al manual de estilo de su predecesor, Donald Trump. Concretamente, el presidente de Estados Unidos quiere triplicar los aranceles a estos productos, del actual 7,5% al 25%, para luchar contra las crecientes importaciones de China que están afectando a la industria de los estados del llamado cinturón del óxido norteamericano.

"El sector del metal no va a poder competir mientras no exista una competencia justa. Y durante demasiado tiempo el gobierno chino ha subsidiado a sus empresas del acero. Como estas compañías producen mucho más de lo que China necesita, terminan vendiéndolo en el mercado internacional a precios injustamente bajos. Como reciben el dinero del gobierno, no deben preocuparse por el beneficio, por lo que no están compitiendo: están haciendo trampas", ha dicho el mandatario en su acto de campaña en Pennsilvania.

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El presidente ha anunciado que su gobierno está analizando las prácticas de Pekín y, "si nuestra investigación confirma que son ilegítimas, vamos a llamar a considerar triplicar los aranceles al acero y el aluminio de China". Pittsbuth es conocida como la ciudad del metal y el corazón de la industria del acero estadounidense. Este sector es esencial para una multitud de productos, como el automóvil, o la construcción de carreteras y puentes, pero en los últimos tiempos está encontrando dificultades para competir con las importaciones desde el Gigante Asiático. Esta competencia, según Biden, ha producido una pérdida de 40.000 trabajos en una década en Pensilvania y Ohio.

Además de la entrada de China en su mercado, Pittsburgh enfrenta también la amenaza del capital japonés, después de que la empresa Nippon Steel haya ofrecido 14.100 millones de dólares para comprar la metalúrgica US Steel. Biden ya se opuso hace un mes a esta operación, que considera una pérdida de dominio estadounidense sobre su propia industria. Otras empresas nacionales, como la siderúrgica Cleveland-Cliffs, están considerando ofertas similares, aunque con montos muy inferiores. Este miércoles, Biden ha reafirmado su posición: "US Steel ha sido una icónica compañía americana durante más de un siglo, y así debe seguir siendo. Propiedad americana, operada por americanos y con trabajadores estadounidenses del sindicato del acero".

Este miércoles, Biden ha reafirmado su posición: "US Steel ha sido una icónica compañía americana durante más de un siglo, y así debe seguir siendo. Propiedad americana, operada por americanos y con trabajadores estadounidenses del sindicato del acero".

Biden anuncia una investigación de las prácticas comerciales chinas, que determinará la política arancelaria

La medida arancelaria anunciada este miércoles tiene un fuerte calado electoral, especialmente en los estados del medio oeste, que serán claves de cara a los comicios presidenciales de noviembre, como lo fueron en las dos últimas elecciones. En 2016, Trump venció por la mínima a Hillary Clinton, en parte, gracias a su intensa campaña en los estados industriales de Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que durante años formaron parte del llamado 'muro azul' demócrata, y que desde entonces se han convertido en estados péndulo (swing states).

Biden, que exhibe un perfil y un historial más cercano a los sindicatos, a los que se ha acercado especialmente durante el último año –por ejemplo, con su participación en la huelga del sindicato del motor UAW en Detroit (Michigan) el pasado septiembre–, logró recuperar dichos estados en 2020, y espera mantenerlos en las elecciones de noviembre. "Hace cinco años, anuncié aquí en Pittsburgh mi campaña y os dije íbamos a reconstruir la columna vertebral de América, la clase trabajadora", ha dicho, y ha repetido un habitual eslogan de su campaña: "Wall Street no construyó a América, sino la clase trabajadora, y vosotros, los sindicatos, construisteis a la clase trabajadora".

La campaña de Biden trata de dar cuenta de su legado económico positivo. En los últimos dos años de su mandato, ha logrado reducir la inflación, que tocó techo en junio del 2022 (9,1%) y se ha estabilizado en el 3,5% interanual. Gran parte de esta caída se debe a la política monetaria de la Reserva Federal, que mantiene los tipos de interés en su nivel más elevado en los últimos 23 años, en el rango entre el 5,25% y 5,50%. Sin embargo, el presidente tiene el suspenso de la población estadounidense en cuestión económica: solo el 34% cree que su gestión es mejor que la de Trump, según la última encuesta de Reuters/Ipsos publicada esta semana.

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