La pobreza aumenta por la inflación y se agudiza entre los menores de edad
Condiciones de vida
Uno de cada diez ciudadanos dice tener "mucha dificultad" para llegar a fin de mes pese a la mejora de los ingresos
La buena noticia es que los ingresos medios de la población y el nivel de empleo mejoraron el año pasado en España. La mala, que no impidieron que las dificultades de los grupos más desfavorecidos se agravasen. Según los datos publicados este lunes por el INE, el porcentaje de personas en riesgo de pobreza aumentó el año pasado en cinco décimas y alcanzó el, 26,5% del total, con extremos preocupantes entre los hogares monoparentales y los menores de 16 años.
Para calcular el riesgo de pobreza, el INE echa mano de la tasa Arope, referida a la población con al menos una de tres situaciones de privación. La primera consiste en situarse por debajo del 60% de la mediana de ingresos por familia; la segunda, en estar en una situación prolongada de desempleo, y la tercera, en tener una carencia material severa como retrasar pagos o no poder permitirse unas vacaciones o comer carne, pollo o pescado al menos una vez cada dos días.
La tasa actual es ahora algo superior a nivel previo a la pandemia, del 26,2%. En 2014 rebasaba el 30% y, desde ese momento, había tendido a bajar, hasta repuntar en 2020 y 2021 hasta el 27,8%. Bajó en el 2022, pero en el 2023 ha experimentado un incremento. En términos generales, el año pasado mejoraron los indicadores de empleo y tasa de pobreza relativa, pero empeoraron los de carencia material severa.
Preocupación entre los expertos por el elevado riesgo de pobreza infantil
El resultado es de “estabilidad general, con dos elementos especialmente negativos”, afirma Luis Ayala, catedrático de Economía Aplicada de la UNED. El primero es el de la “capacidad para afrontar gastos imprevistos”, que se ha visto afectada “por el encarecimiento del coste de la vida”, y que ya afecta al 37% de la población, el porcentaje más elevado en seis años.
El otro elemento que preocupa al catedrático es el deterioro de las condiciones entre los menores de 16 años. “Tienen efectos a largo plazo”, avisa. “Seguimos teniendo una tasa bastante mayor que el resto de la UE”, añade. El 34,3% de los niños está en riesgo de pobreza, la tasa más elevada desde 2014 y muy superior al 20,9% del grupo de edad con mejores condiciones, el de mayores de 65 años.
“Los datos no son favorables y resultan imprevistos porque 2023 fue un buen año para la economía”, afirma Elisa Chulia, profesora de Sociología de la UNED e investigadora de Funcas. Su preocupación se centra también en el aumento de las carencias materiales severas y de las dificultades entre los menores. “Aumenta además la tendencia ya apreciada de que los mayores de 65 años sean el grupo social más protegido”, añade.
Del 37% de Andalucía al 15% de Euskadi, pasando por el 21% de Catalunya y el 19% de Madrid
Por comunidades autónomas, la tasa en Catalunya fue del 21,2% y en Madrid, del 19,4%. La situación más crítica se da en Andalucía, con un porcentaje del 37,5% que contrasta con la región con mejores condiciones, Euskadi, con un 15,5%. En la ciudad autónoma de Ceuta, el 41,8% de la población se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión social, con uno de cada cinco ciudadanos con carencias materiales severas.
La encuesta del INE también muestra que, en el conjunto del España, el porcentaje de población en situación de carencia material y social severa aumentó al 9%, frente al 7,7% un año antes. La tasa tanto en Catalunya como en Madrid fue similar, del 8,9%.
Aumentaron los ingresos, pero también los gastos
Los ingresos medios por persona se situaron en 14.082 euros, aunque esta cifra, advierte el INE, corresponde al ejercicio 2022. Fue un 8,3% superior al ejercicio anterior y el año de mayor progresión desde el 2014, pese a caracterizarse por un repunte en la inflación que también disparó los gastos.
Al analizarse con detalle la tasa Arope, se aprecia el riesgo de pobreza más allá de aspectos territoriales. La tasa va del 36% entre personas con estudios básicos al 13% entre los superiores. Además, en los hogares con un solo adulto y uno o más hijos, se eleva al 52%. Alcanza el 56% entre los parados y se ceba con los emigrantes extracomunitarios, con porcentajes del 57%.
Hay otros detalles referidos a la población general. El 37,1% no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos, frente al 35,5% en el 2022. Además, el 33,1% no se pudo permitir ir de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año, cuatro décimas menos que en el 2022.