España no tiene la mayoría necesaria para, en el consejo de ministros de Agricultura del próximo lunes, conseguir aprobar una de las principales demandas de los profesionales del campo que se están manifestando: que los productos importados por la UE se comercialicen bajo las mismas condiciones que los producidos en territorio comunitario. Son las llamadas cláusulas espejo. La oposición viene del norte.
Entre las 18 propuestas que el ministro de Agricultura, Luis Planas, presentó la semana pasada a las principales organizaciones agrarias se puede leer: “El Gobierno se compromete a defender en todos los foros internacionales, y en particular en la UE y la Organización Mundial del Comercio (OMC), el principio de reciprocidad en la utilización de productos fitosanitarios en la producción de alimentos importados de terceros países”. Es decir, “si un producto fitosanitario está prohibido en la UE, no debe utilizarse tampoco en la producción de alimentos que vayan a ser importados”, dijo el ministro.
Luis Planas, ministro de Agricultura
“Hay gobiernos con una visión más como importador neto y que no son favorables ”
Planas explicó este jueves que en Europa se está produciendo “un problema de competencia desleal”. “Los agricultores tienen razón”, proclamó. Así se lo hizo saber también en la reunión con Asaja, COAG y UPA. El problema, asumió, es que “no tenemos la mayoría”. Planas cuenta con el apoyo de Francia. El primer ministro Gabriel Attal y el ministro de Agricultura, Marc Fesneau, se refirieron a ello durante los últimos días. Pero el hueso está más al norte. Países como Alemania, Dinamarca, Países Bajos, Suecia, Finlandia y los bálticos no ven con buenos ojos esta medida. Lo explica un alto cargo del Gobierno: “Son países cuyo sistema alimentario se basa en food cheap , en base a importaciones baratas”.
Si la UE acabara imponiendo cláusulas espejo a esas importaciones su sistema alimentario sufriría estrés y los precios se dispararían. En Agricultura ven complicado, por tanto, que esta medida pueda salir adelante. “Hay gobiernos que tienen una visión más como importador neto y que no son favorables”, resumía Planas el mismo jueves.
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Otra dificultad añadida para acabar aprobando la imposición de cláusulas espejo a productos importados de otros países es que la UE tendría que abrir una negociación en el marco de la OMC para cerrar acuerdos comerciales con los países, dijo Planas. Toda una maraña diplomática, en definitiva, que dificulta la demanda de los agricultores y ganaderos españoles.
El Gobierno lleva más de una semana intentando mover hilos en Bruselas, explican fuentes de Agricultura. El primer movimiento lo efectuó el ministro Planas con dos cartas al comisario de Agricultura, Janusz Wojciechowski, y a la presidencia belga del Consejo. A esas misivas le siguió una de Pedro Sánchez remitida a la presidenta de la Comisión insistiendo en la necesidad de actuar ante las protestas de los agricultores en territorio español. Además, un equipo de Agricultura se desplazó a Bruselas para negociar la flexibilización de la PAC.
Consejo de ministros del lunes
Un equipo de Agricultura se desplazó a Bruselas para negociar flexibilizar la PAC
El lunes, coincidiendo con el consejo de ministros en Bruselas, las organizaciones Asaja, COAG y UPA han convocado una manifestación que intentará colapsar de nuevo Madrid. Se están organizando autobuses gratuitos para asistir a una protesta que recorrerá la distancia que separa el Ministerio de Agricultura y la sede de la oficina de la Comisión Europea en el Paseo de la Castellana. El lema elegido es “el campo exige apoyo, respeto y reconocimiento”.