“Competimos con los grandes parques solares”

El invierno del descontento | Costes energéticos

Sin inversiones en energías renovables, el precio de la electricidad pone en peligro la viabilidad de la agricultura de regadío

Ramon Miret y Víctor Sas,de las comunidades de regantes Segrià Sud y Garrigues Sud

Ramon Miret y Víctor Sas,de las comunidades de regantes Segrià Sud y Garrigues Sud

LV

Intentamos poder satisfacer una parte del consumo eléctrico con paneles solares para que los agricultores de la comunidad de regantes tengamos unos precios de la electricidad más baratos y estables, pero competimos con fondos de inversión que quieren instalar grandes parques solares en las mejores tierras de cultivo”, se lamenta Víctor Sas Lamora, técnico de la Comunitat de Regants Garrigues Sud y propietario de diez hectáreas de olivo en superintensivo. En la misma línea, Ramon Miret Calzada, técnico de la Comunitat de Regants Segrià Sud y propietario de siete hectáreas de olivos y almendros, advierte que “sin agua para regar, todo esto se convertirá en un desierto y necesitamos una energía barata para poder bombear el agua de riego, de otro modo nuestros cultivos no son viables económicamente”.

Las comunidades de regantes Garrigues Sud y Segrià Sud forman parte del 33% de cultivos de regadío que hay en Catalunya, que se concentran en su mayoría (76%) en la provincia de Lleida. Este 33% de tierras aporta el 70% de la producción agraria catalana, una cifra en aumento tanto por el crecimiento de la superficie de regadío como por la caída de la producción de las tierras de secano, gravemente perjudicadas por la sequía.

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Sin embargo, el riego tiene unos costes, y en el caso de estas dos comunidades son especialmente elevados porque deben bombear agua desde los 40 metros sobre el nivel del mar hasta los 780 metros. En Garrigues Sud, la elevación media es de unos 330 metros, mientras que en Segrià Sud es de unos 500 metros, por lo que son la comunidad de regantes con un mayor consumo energético por bombeo de Catalunya, según afirma su técnico.

“La única forma que tenemos de ser viables económicamente es invertir en eficiencia energética y renovables. Con los precios actuales de la electricidad ni nos planteamos bom­bear agua cuando el precio es más alto; solo bombeamos cuando la tarifa es la más económica”, señala Miret. En ambas comunidades, se trata de “un riego de acompañamiento, para cuando no es suficiente con el agua de lluvia, y los únicos cultivos viables son los arbustivos porque tienen mayor margen de beneficio que los ­cereales”, explica el técnico de la comunidad Garrigues Sud.

Víctor Sas estima que el 20% de los costes de producción de sus olivos se debe al bombeo de agua

Sas estima que el 20% de los costes de producción de sus olivos se debe a la electricidad para el bombeo de agua de riego. En Segrià Sud, hay en funcionamiento 424 KW con paneles solares, y la comunidad tiene un plan para instalar progresivamente hasta 18 MW en 25 hectáreas de terreno, con una inversión de entre 18 y 20 millones de euros. Esta potencia permitiría a la comunidad cubrir entre el 60% y el 70% del consumo eléctrico.

La comunidad de Segrià Sud está acabando de localizar las 25 hectáreas de terreno en las que ubicar los paneles solares. “Deben estar cerca de las estaciones de bombeo para evitar pérdidas de electricidad. Para ello, estamos adquiriendo terrenos abandonados, poco productivos o con otras problemáticas, porque hay espacio para todo sin necesidad de sacrificar las mejores tierras de cultivo”, indica el técnico.

Segrià Sud cubre el 5% de la electricidad con autoconsumo, gracias a una hectárea de paneles solares instalados en el 2019. La comunidad está pendiente de la puesta en marcha de 1,5 hectáreas más y tienen proyectado la construcción de 2,5 hectáreas a medio plazo. Todas estas inversiones cuentan con ayudas específicas para comunidades de regantes.

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En ambas comunidades se utilizan riegos localizados de alta eficiencia, conocidos coloquialmente como de gota a gota. Víctor Sas concreta que Garrigues Sud cuenta con una eficiencia del 93%. Es decir, que solo se pierde el 7% del agua, pérdidas que se deben a la evaporación, fugas y limpieza de filtros. “Hay muchas comunidades de riego que todavía no están haciendo las cosas bien, pero si no lo hacen es porque no pueden solos, porque necesitan ayuda para modernizarse. Si queremos una agricultura de proximidad, hay que ayudarles económicamente porque en el secano solo hay miseria; no podríamos alimentar a Catalunya sin el regadío”, sentencia este agricultor de 34 años.

“Sin agua para regar, todo esto se convertirá en un desierto”, advierte Ramon Miret

Ambos agricultores se lamentan de cómo los grandes proyectos de energías renovables añaden presión a las inversiones en regadío y a la agricultura. “Dificultan la incorporación de nuevos agricultores o el crecimiento de las explotaciones agrarias ya existentes porque presionan sobre la compra de terrenos. Además, cuando haya una fuga en alguna de las canalizaciones ubicadas bajo los terrenos con parques solares, quién se atreverá a manipular agua teniendo corriente eléctrica tan cerca”, advierte Ramon Miret.

Sas prefiere verlo como una oportunidad que el territorio no puede dejar escapar. “La clave es en manos de quién recae la generación de la energía. Debemos evitar que pase como con los aerogeneradores, que están aquí, ocupando terreno, pero sin aportar actividad económica al territorio como sí hace la agricultura. Si la utilizamos bien, la solar es una oportunidad brutal para el territorio. Si no, puede ser su sentencia de muerte”.

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