La formación con realidad extendida en la Industria 4.0, un ahorro en tiempo y costes
Conociendo DFactory
Desde DFactory Barcelona, el clúster de industria 4.0 del Consorci de la Zona Franca de Barcelona, Innovae desarrolla esta imparable tecnología que permite la aplicación real y efectiva de la realidad aumentada y virtual
Gracias a la realidad virtual, un estudiante de formación profesional puede enfrentarse a una clase de riesgos laborales sin ningún peligro. Y aprender en 10 horas lo que antes hubiera cursado en 40. Con la realidad aumentada, podemos visualizar delante de nuestros ojos el coche que queremos comprar gracias a un móvil o tableta y decidir si nos gusta o no. La realidad mixta permite a un operario localizar las partes de un motor que debe cambiar sin tener que conocerlo previamente.
Estas tecnologías experienciales han llegado a la empresa y a la industria con la intención de complementarlas. Entre todas, la realidad virtual es, quizá, la que más suena por los videojuegos.
La realidad aumentada agrega objetos a la realidad pura y dura, la que tenemos delante de nuestros ojos. Ejemplo que nos sonará: el juego de Pokémon Go, donde los Pokémon aparecen en el mundo real en la pantalla del móvil. La realidad mixta, por su parte, permite crear nuevos espacios en los que interactúan personas y objetos reales y virtuales.
Sería el caso de la gran pantalla que se despliega ante los ojos de Tom Cruise en Minority Report, un espacio tridimensional informatizado con elementos que va él desplazando con sus manos, pero sin dejar de ver el mundo real.
De ofrecer a las empresas este tipo de soluciones de realidad extendida, el nombre que aglutina a las tres anteriores, se encarga Innovae, una compañía que hace poco más de dos años se instaló en DFactory Barcelona, el hub de industria 4.0 del Consorci de la Zona Franca de Barcelona. “Estas tecnologías facilitadoras transversales, como parte de la digitalización que son, contribuyen a mejorar la competitividad del sector manufacturero porque hacen las cosas más rápidas y en entornos más seguros”, dice Xavier Riba, cofundador y director territorial de Innovae.
Por ejemplo, esta empresa ha diseñado una formación para Acciona mediante la cual un operario de un aerogenerador sólo tiene que colocarse la gafa de realidad mixta y cuando hace el mantenimiento de la parte eléctrica la gafa le va guiando de manera ágil, fácil y documentada, con fotografías reales de cada sección del aerogenerador. “Además, se refuerza su seguridad, ya que la gafa puede avisarle si en ese momento está pasando electricidad por cierto cable, la gafa es su guía en todo momento”, explica Riba.
Para entender la realidad mixta pensemos en la pantalla que se despliega ante Tom Cruise en 'Minority Report' y que le permite interactuar digitalmente con el entorno
En SEAT, a los trabajadores de primera línea, cuando llegan motores nuevos, se les colocan las instrucciones encima de cada pieza con realidad mixta para que aprendan su funcionamiento. “Con esto aprenden más rápido, su periodo de adaptación es en tiempo récord, y esto se traduce en una ganancia para esa industria”.
Esto lo ofrece Innovae al cliente con una plataforma propia que permite a cada uno generar sus propios procedimientos, “como si fuera un libro de instrucciones, pero digital, exhaustivamente documentado y dividido por partes para su fácil entendimiento y aprendizaje”.
“Se trata de que las compañías entiendan que sus procesos más críticos se pueden asegurar y salvaguardar en la propia empresa, porque muchas veces toda esta documentación la tienen en papel y en ocasiones, se pierde”. De digitalizar la información se pasa entonces a una tableta y cuando los operarios/empleados se han familiarizado con este sistema, se da el salto a la gafa de realidad mixta. “Cada mes salen novedades de gafas, están en evolución constante. Nosotros no fabricamos gafas, pero sí que se las podemos facilitar al cliente cuando le proveemos de nuestro software”.
“Hace 10 años la realidad mixta se veía como un juego; ahora la industria ya ha entendido que sirve para aumentar sus beneficios”
Esta empresa cuenta con 18 años de experiencia y, en esa época, realidad aumentada era aún incipiente y el mercado poco maduro: “Entonces aún no se entendían los usos de esta tecnología, se veía como un juego. Pero en los últimos 10 años se ha visto cada vez más su utilidad en el entorno industrial”, explica Riba. “Adoptar estos softwares y que los operarios se familiaricen con ellos es un estadio más de la digitalización, las industrias llegarán a la realidad mixta tarde o temprano”.
Si hay un sector que ya se está beneficiando de esta técnica es, como apuntábamos al inicio de este artículo, el de la educación, “porque los estudiantes están acogiendo muy rápido estos dispositivos, que les permiten aprender cuatro veces más rápido que con el método tradicional”.
Imaginemos poder practicar mientras aprendemos, por ejemplo, a atender a personas mayores, a llevar a cabo primeros auxilios o a analizar productos químicos, y en este caso, además, sin riesgo de sufrir un accidente. “En formaciones de riesgos laborales, imagina poder coger una manguera y ver cómo sería apagar en tiempo real un fuego; en clases de electrónica, poder tocar un botón virtual y que se encienda una luz. O también aprende a enfrentarte a entrevistas de trabajo con una simulación”.
La tendencia de los dispositivos de realidad extendida es a unas gafas cada vez más livianas y quizás sin mandos, es decir, con más cámaras y toda la operativa incorporada. En lugar de estos mandos, “podríamos llevar wearables como guantes, chalecos… conectados a las gafas que nos transmitan una mayor sensibilidad en la experiencia. Esto lo veríamos en unos cinco o siete años”. Entonces, más allá del entorno empresarial, el uso de esta tecnología se extendería a nuestro día a día y es posible que podamos comprar online muebles, ropa o lo que se tercie, viendo los productos a tamaño real en el salón de casa o frente al espejo.
Dfactory: un ecosistema industrial para retroalimentarse
Innovae se ubicó en DFactory hace un par de años “porque nos propicia el contacto con la industria, es un ecosistema donde las empresas se retroalimentan y, por tanto, nos sirve para maximizar las oportunidades”.
“Aquí no solamente se conocen empresas que no se conocían, sino que trabajan en proyectos conjuntos relacionados con la inteligencia artificial, la robótica o la impresión 3D”, explica Pere Navarro, delegado del Estado en el Consorci. “Nuestro deseo con estas sinergias no es otro que el de respaldar a las empresas durante su proceso de digitalización, cambiar el tejido industrial español y convertir Barcelona en el centro de la innovación 4.0 en el sur de Europa”. El proyecto DFactory se compone de una nave de 17.000 metros cuadrados que espera generar unos 1.500 empleos directos, y una segunda planta de 72.500 metros cuadrados, en la que se prevé que se creen unos 5.000 más.