Es una gran satisfacción estar involucrado en la dirección de la escuela de dirección de empresas CEIBS, líder en China y una de las líderes del mundo. Siempre hemos sido muy bien vistos por el Gobierno de China, que nunca nos ha planteado cambiar algo. Al contrario, hemos tenido muy buenos comentarios cuando en algún acto hemos tenido al presidente de China, Xi Jinping, y al anterior, Hu Jintao.
La única recomendación que recuerdo fue del presidente Hu, que me dijo una vez que debería lanzar mi escuela también en África. Me dijo que África era muy importante para las compañías chinas, porque allí tendrían mucha menos competencia que en Europa o Estados Unidos. De hecho, esto era algo que yo ya había vivido en el IESE, que estaba bien posicionado en África.
El Gobierno chino está limitando el endeudamiento poco riguroso
En China es más fácil ser emprendedor porque el país crece, es enorme, y todavía hay muchos sectores en los que caben alternativas que existen en Europa y en EE.UU. Esta facilidad para emprender puede acabar creando algunos problemas, porque hay grandes empresarios que están muy diversificados y por un lado fabrican componentes para el automóvil, por otro lado producen productos de alimentación y, cómo no, se dedican también a lo inmobiliario. Los hay que no paran de descubrir oportunidades e invertir en ellas. Más de uno se ha metido en cosas endeudándose, convencido de que la oportunidad era muy buena, daría grandes beneficios y no sería problema devolver la deuda.
Pero algunos se autoengañan y se encuentran con problemas para devolver partes de su deuda que van acabando su plazo. Para evitar grandes desastres, el Gobierno chino está limitando ahora las deudas alegres (sin riguroso análisis de su devolución con las limitaciones que esto implique). Algunos se encuentran que han de reducir notablemente ciertas actividades inmobiliarias.
Algunos multimillonarios están pasando a millonarios, pero también hay quienes se quedan solo en ricos y algunos que llegan a pobres. Los emprendedores suelen ver qué cosas hacer, cómo fabricarlas y cómo venderlas, pero les cuesta tener claro cómo financiarlas, cómo evolucionará la financiación de sus proyectos (cobro de ventas, pago de proveedores, pago de sus empleados, fondos generados por sus negocios, deuda posible que será necesaria). Algunos emprendedores ven como una pérdida de tiempo calcular todo esto y en muchos casos hay responsables financieros que no se atreven a comunicar las dificultades en que se meten.
Algunos expertos predicen un difícil 2024 precisamente por estas cosas, una vuelta a unos balances equilibrados e incluso la posible caída de algunos hiperendeudados. Habrá más empresas cayendo por su mala financiación que por su capacidad tecnológica. Lo bueno es que tras la covid y con la recuperación, en China han crecido notablemente los eventos, seminarios y cursos para empresarios. El país vuelve a ponerse en marcha hacia el primer puesto económico del mundo. Esperemos que el 2024 sea excelente.