Los márgenes de beneficio

Opinión

Los márgenes de beneficio
Robert Tornabell Profesor emérito y exdecano de Esade Business School

Según el FMI los elevados beneficios de las empresas explican la mitad de la inflación de la Zona Euro. En algunas ocasiones, la presidenta del BCE estuvo de acuerdo también en el papel que habían tenido los beneficios de las empresas para explicar la creciente inflación de la zona euro. El Banco de Inglaterra advirtió a los que controlan los precios de los bienes y servicios. Lo hizo porque se había observado que los supermercados habían aumentado sus márgenes de beneficios en el suministro de carburantes para el público en el período 2019 a 2022. 

Pero en Europa existe otra explicación. Los precios suben porque los salarios aumentan con demasiada rapidez. La mayoría de los bancos centrales (y el BCE) temen que se produzcan espirales crecientes de precios y salarios. Este supuesto es ciertamente incendiario, porque en el mundo de los países ricos de Europa la inflación aumentó por encima de lo esperado entre los años 2021 y 2022 y los más perjudicados fueron los trabajadores. Según esos bancos centrales, los salarios no han sido la causa de los aumentos injustificados de los precios, sino que más bien han quedado rezagados al perder capacidad de compra.

Un carro de la compra lleno de alimentos en un supermercado

Un carro de la compra lleno de alimentos en un supermercado

Xavi Jurio / Archivo

Para The Economist, las empresas confunden a menudo la causa con el efecto. Cuando Rusia invadió Ucrania, las empresas que distribuían productos energéticos y alimentos descubrieron que estaban vendiendo por debajo de sus costes. En un mercado dominado por la escasez de suministros, los precios y beneficios se dispararon al alza y en la zona euro (dejando de lado los precios de los alimentos frescos y los costes de la energía), las empresas suministradoras aumentaron sus márgenes de beneficios, pero también aumentaron los salarios.

La presidente Lagarde dijo que podría ser conveniente que bajaran los márgenes de beneficios, pues con márgenes más reducidos los trabajadores podrían recuperar la capacidad de compra que pudieran haber perdido. Pero eso no significa que sea necesario perseguir la codicia de las empresas que pretenden ganar más aprovechando la escasez de los mercados. Deben ser los políticos lo que establezcan las condiciones fiscales y monetarias para corregir los errores debidos a los excesivos estímulos del mercado. Para concluir, lo que hemos aprendido en los dos últimos años no es que las empresas se hayan dejado llevar por la codicia intentando ganar más de lo normal, sino que los trabajadores son los que más padecen cuando los políticos permiten que la inflación crezca de forma incontrolada. En definitiva, los bancos centrales no pueden bajar la guardia y deben mantener la estabilidad de los precios. En España, según el INE, la inflación de agosto fue del 2,6% anual y la subyacente un 6,1%. Tasas elevadas, pero por debajo de la media de la zona euro.

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