La victoria de Recep Tayyip Erdogan en las presidenciales turcas ha llevado a la divisa nacional a nuevos mínimos históricos. La lira turca cotizaba este lunes justo por encima de las 20 unidades por dólar, frente a las 19,97 liras del viernes pasado. En el caso del euro se intercambiaba por 21,6 liras, ligeramente por encima del día previo.
La sangría prosigue. En los últimos cinco años la divisa ha perdido cerca del 80% de su valor frente a las grandes monedas internacionales. Con una inflación disparada, una de las más elevadas del planeta, Erdogan ha mantenido una política monetaria marcada por unos tipos reducidos afirmando que así bajarían los precios, una teoría contraria a la de la mayoría de los economistas. Según Morgan Stanley, podría caer otro 29% hasta final de año si el presidente no cambia el rumbo.
"Una victoria de Erdogan no ofrece consuelo para ningún inversor extranjero", ha señalado Hasnain Malik, estratega de Tellimer, en declaraciones recogidas por Bloomberg. "Con una inflación muy alta, tasas de interés muy bajas y sin reservas extranjeras netas, podría estar en camino una crisis dolorosa que afecte a todos los activos", añade.
Erdogan logró este domingo la victoria en las presidenciales más reñidas desde que asumiera por primera vez el cargo en el 2014. Lo hizo rompiendo la tendencia tras dos ediciones en las que había conseguido la victoria directa al recabar más del 50% de los votos en primera vuelta.
En su discurso de celebración de la victoria prometió reducir la inflación, que está alrededor del 45%, como principal objetivo, algo de lo que desconfían los analistas. El presidente repasó que su política para afrontar ese problema ha sido ir reduciendo las tasas de interés. El precio del dinero está actualmente en el 8,5% en el país.
"Con la continuación de las políticas anteriores, la lira seguirá perdiendo valor", ha declarado a Efe el economista Mustafa Sonmez. El cambio respecto al dólar, que desde otoño pasado registrada una bajada paulatina pero lenta y sin sobresaltos, se mantiene artificialmente estable, mediante intervenciones del Banco Central, la venta de divisas y diversos mecanismos al margen del mercado.
Así, desde hace aproximadamente un mes, el cambio oficial del Banco Central ya no corresponde al que ofrecen los cambistas privados, y que ahora figura incluso en las páginas de consultas financieras como "cambio del Gran Bazar", en alusión al histórico centro de negocios de Estambul