Los cruceros, ante el escollo de las emisiones

Navieras por la descarbonización

Una docena de barcos encabezan un cambio de paradigma en el sector naviero: pilas de combustible, menos emisiones y diseños más sostenibles

Puertos a examen por tierra, mar y aire

The MSC World Europa cruise ship is seen in Doha on November 13, 2022, ahead of the Qatar 2022 World Cup football tournament. (Photo by Andrej ISAKOVIC / AFP)

El ‘MSC World Europa’, atracado en el puerto de Doha

ANDREJ ISAKOVIC / AFP

Con 350 buques, apenas representan el 1% de la flota marítima mundial, pero tienen la peor fama. Los cruceros no gustan a todo el mundo y su afectación medioambiental es su talón de Aquiles, lo que los somete a un constante y riguroso escrutinio, sobre todo en los últimos años. La presión en las ciudades donde hacen escala se ha hecho en algunos lugares insostenible, poniendo en cuestión este modelo de hacer turismo. Pero el hecho de estar constantemente señalados con el dedo los ha hecho reaccionar. Tanto es así que la industria de los cruceros está liderando en el mar la revolución más importante de los últimos tiempos: inversiones millonarias en busca de combustibles más sostenibles y limpios, sistemas de navegación menos invasivos y modelos de eficiencia en la gestión de aguas y residuos. Las voces más críticas tildan estos cambios de ecopostureo, aunque las inversiones que se están realizando van mucho más allá de un simple greenwhashing . Pero ¿será esto suficiente para revertir su reputación?

Una de las imágenes que nos dejó el Mundial de fútbol de Qatar fue la utilización de cruceros como el MSC World Europa como hoteles de lujo. No es la primera vez que una ciudad recurre a los barcos por falta de camas. También lo hizo Barcelona en el 92. Pero la tecnología ha hecho que entre ambas imágenes haya un abismo. El barco atracado en el puerto de Doha y que el viernes llegó a Barcelona –donde tendrá su puerto base– forma parte de la pionera flota de naves que está revolucionando el sector naviero con la incorporación de las llamadas pilas de combustible, baterías, electrificación, nuevos combustibles como el gas natural licuado (GNL) o el lavado de gases de escape (EGCS), entre otros aspectos.

Son la punta de lanza con la que el sector de cruceros quiere cumplir con los compromisos del denominado Pacto Verde, con el que la Unión Europea quiere alcanzar las cero emisiones netas para el otoño del 2050. El sector del transporte marítimo en general tiene un papel importante en este pacto, aunque en cifras relativas solo representa el 4% del total de emisiones de CO2que produce la UE, muy por detrás del 20,5% que supone el transporte por carretera, según los últimos datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente. Pero los cruceros entienden que su impacto va más allá de la huella ecológica y han puesto el pie en el acelerador en su camino hacia la descarbonización. Junto con la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), las navieras más grandes del mundo se han comprometido con el denominado Fit for 55 , un paquete de medidas cuyo objetivo es alcanzar la reducción de emisiones del 55% en el 2030 (con respecto a los registros de 1990). Un punto medio de camino a la deseable neutralidad.

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La innovadora pila de combustible del 'MSC World Europa' 

ANTHONY DEVLIN / Otras Fuentes

Uno de los logros más destacables hasta el momento es la reducción del 25% de emisiones de CO2y el 98% de óxido de nitrógeno (y óxido de azufre) en una decena de barcos que funcionan con GNL. No se considera el combustible definitivo, solo de transición, debido a las emisiones de metano que genera su combustión, algo hasta ahora no presente. “Es un problema potencial. El combustible no se quema de forma eficiente y sale este metano. Los constructores de los motores están trabajando en ello para impedir que siga pasando, pero aun así, la reducción de contaminantes al aire conseguida con el GNL sigue siendo muy importante”, comenta la vicepresidenta de sostenibilidad de la naviera MSC, Linden Coppell.

El MSC World Europa , el barco número 20 de la compañía italiana, es el mayor crucero del mundo propulsado por GNL y el último en incorporarse a ese selecto grupo con el que las grandes navieras quieren cambiar tendencias. El primero fue el AIDAnova , en el 2018, un año antes de que la compañía Hurtigruten lanzara el MS Roald Amundsen , el primer barco de expedición híbrido del mundo propulsado con biodiésel. Precisamente la naviera noruega experta en expediciones está invirtiendo un paquete de 100 millones de euros en realizar mejoras ambientales en siete de sus barcos.

Por su parte, la naviera italiana, que representa el 15% del negocio de cruceros del mundo, ha invertido unos 1.000 millones de euros en su buque insignia, que ha sido concebido como un laboratorio en el que experimentar todos los avances medioambientales. Sus motores son propulsados por gas licuado, pero también es el primer crucero contemporáneo en incorporar nueva tecnología de pilas de combustible de óxido sólido (SOFC).

Además de la búsqueda de nuevos combustibles menos contaminantes –hidrógeno, biocombustiles, amoniaco...–, la pila de combustible o eléctrica es la otra gran área de investigación. “Prevemos que la SOFC reducirá sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero en comparación con el motor de GNL convencional, sin producir emisiones de NOx, SO3o partículas finas. Además, tiene la ventaja de que no solo es compatible con el GNL, sino también con combustibles de baja y nula emisión de carbono, como el metanol verde, el amoniaco y el hidrógeno. En el futuro también podríamos hacer la transición al GNL sintético o a otros combustibles alternativos”, explica Coppell, a modo de ejemplo sobre las posibilidades que se abren.

Un ajetreado día de cruceros en el puerto de Barcelona

Los cruceros tecnológicamente más avanzados tendrán como puerto base Barcelona  

Mané Espinosa

De hecho, su compañía tiene en cartera seis nuevos barcos, entre ellos los de Explora Journeys, la nueva marca de lujo de MSC, que se construirán para que funcionen con depósitos de hidrógeno. “Queremos que la pila de combustible pueda ser utilizada por hidrógeno verde, pero este es muy difícil de conseguir. Hay más navieras interesadas, pero hay que crear demanda”, comenta. En definitiva, se trata de nueva tecnología con sistemas híbridos que abren la puerta al uso de combustibles alternativos tan pronto como estén disponibles a gran escala.

Barcos que marcan la hoja de ruta

Hasta el 2028, se construirán un total de 79 cruceros, la mayoría (93%) en los astilleros de Europa, que suponen 47.000 millones de euros de inversión. De estos, más del 15% incorporarán pilas de combustible y baterías, según los datos de la CLIA. Royal Caribbean, por ejemplo, está invirtiendo 2.000 millones de dólares en la construcción en Turku (Finlandia) del Icon of the Seas , el primero de la compañía que funcionará con GNL y que incorpora la tecnología de pila de combustible. Un barco de última generación que será el referente de la compañía en cuanto a sostenibilidad, ya que en él se aúnan todos los pilares de la naviera al respecto.

Otro de los aspectos fundamentales hace referencia al proceso de amarre. El 85% de los nuevos buques de cruceros podrá conectarse a la red eléctrica, lo que permite el apagado de motores cuando estén atracados y supondrá una reducción drástica de las emisiones. Algo que todavía no es posible porque apenas el 7% de los puertos de Europa están adaptados. “Los barcos necesitan 10 MW para poder apagar los motores auxiliares –esos que alimentan neveras, ascensores, etcétera– una vez en el puerto”, analiza Alfredo Serrano, presidente de CLIA España. “Y eso requiere una infraestructura importante que quizá solo sale económicamente rentable a los que tengan barcos todo el año”.

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