Scholz: “El Deutsche Bank es muy rentable, no hay razón para preocuparse”

Turbulencias en los mercados

El canciller de Alemania destaca que la entidad ha reorganizado su modelo de negocio

Germany's Chancellor Olaf Scholz speaks during a media conference at an EU summit in Brussels, Friday, March 24, 2023. European leaders gathered Friday to discuss economic and financial challenges and banking rules, seeking to tamp down concerns about eventual risks for European consumers from banking troubles in the US and Switzerland. (AP Photo/Geert Vanden Wijngaert)

El canciller alemán, Olaf Scholz, en rueda de prensa ayer en Bruselas tras el Consejo Europeo 

Geert Vanden Wijngaert / LaPresse

El canciller de Alemania, Olaf Scholz, defendió ayer la rentabilidad del Deutsche Bank (DB) después de que las acciones de la entidad registraran su mayor caída en tres años, arrastradas por la inquietud general respecto del sector bancario europeo en las últimas semanas. “El Deutsche Bank ha modernizado y reorganizado fundamentalmente su modelo de negocio y es un banco muy rentable; no hay razón para preocuparse”, aseguró Scholz en rueda de prensa en Bruselas al ser preguntado por la situación del banco.

El desplome de los títulos del DB de hasta el 14% en algún momento de la jornada en la Bolsa de Frankfurt –su mayor caída desde marzo del 2020, al inicio de la pandemia del coronavirus– se produjo después de que la entidad anunciara un plan de recompra de deuda, una medida que usualmente se considera una señal de fortaleza. 

El plan prevé redimir 1.500 millones de dólares de deuda subordinada el próximo 24 de mayo, antes de su vencimiento en el 2028, y fue anunciado el primer día en que el banco tenía derecho a notificarlo con “todas las aprobaciones reglamentarias requeridas”, señaló la entidad, que precisó que reembolsará los bonos al cien por cien de su valor nominal “con los intereses devengados hasta la fecha de amortización”.

El Deutsche Bank acometió una cura en el 2018 tras años de banca especulativa que le procuraron condenas y multas

Pero el anuncio, en vez de reforzar la confianza, desató dudas sobre el banco alemán, que provocaron un hondo impacto en bolsa del sector bancario europeo, pues la mayor ansiedad actual en los mercados ha hecho que los inversores percibieran la decisión del Deutsche Bank como un signo de debilidad. De resultas, también el Commerzbank vivió una jornada turbulenta, con una caída de hasta el 9,3% en la mañana de ayer.

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El batacazo en el Deutsche Bank se registró en plena fase de tranquilidad del banco tras años de encadenar crisis y problemas, saldados con un plan de reestructuración de cuatro años que supuso el recorte de miles de empleos y el abandono de gran parte de su negocio de banca de inversiones.

Banco líder en Alemania, el año pasado fue el octavo de Europa en activos, con 1,32 billones de euros, según el ránking de S&P Global Market Intelligence. El Deutsche Bank, con sede en Frankfurt, emplea a 85.000 personas (datos del 2022), de las cuales más de la mitad trabajan fuera de Alemania.

Bubbles made by a soap bubble artist, fly in front of the headquarters of Deutsche Bank in Frankfurt, Germany, Friday, March 24, 2023. (AP Photo/Michael Probst)

Pompas de jabón realizadas por un artista frente a la sede del Deutsche Bank en Frankfurt, el 24 de marzo 

Michael Probst

Su director ejecutivo, Christian Sewing, que asumió el cargo en el 2018, incluso exploró una fusión con su rival alemán Commerzbank en el 2019 a instancias del Gobierno de coalición de conservadores y socialdemócratas de la entonces canciller, Angela Merkel, pero finalmente decidió no hacerlo. En el 2022, el Deutsche Bank registró su mejor beneficio en quince años, más del doble en comparación con el 2021.

Atrás quedaba la etapa más caótica de la entidad, resultado del giro a inicios de los años noventa en que, queriendo competir con los grandes bancos de inversión estadounidenses, se embarcó en variadas adquisiciones y se apuntó a una cultura bancaria más especulativa. Así, en las décadas de 2000-2010 se encontró en un marasmo de litigios y demandas por prácticas ilegales, blanqueo de dinero y manipulación de tarifas, que le procuraron condenas judiciales y multas cuantiosas. La más notoria fue la del 2017, que le obligó a abonar 7.200 millones de dólares a Estados Unidos para zanjar demandas sobre el rol del banco en la crisis de las subprime del 2007.

El Deutsche Bank hizo su cura en dos tramos: en el 2018 –fecha del nombramiento de Sewing– anunció un recorte de 7.000 puestos de trabajo y una reducción de actividad en la división de mercado de capitales; y en el 2019 notificó 18.000 despidos y el adiós al negocio de acciones a terceros. El mandato de Christian Sewing, renovado de modo anticipado en el 2021, continúa hasta el 2026.

El canciller socialdemócrata Olaf Scholz, que en esos años observó de cerca la evolución del Deutsche Bank en tanto que ministro de Finanzas en el Gobierno de Merkel, afirmó ayer que “desde hace años hemos tomado las decisiones correctas para estabilizar los bancos en Europa”, y que, en líneas generales, “el sistema bancario europeo es robusto y estable y tenemos las estructuras de supervisión necesarias”.

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