La explosión de las renovables
Opinión
El encarecimiento de la energía, principalmente del gas natural y la electricidad, ha impulsado la búsqueda de nuevas soluciones. Y ha sucedido lo que dijo Keynes: lo inevitable nunca ocurre; sólo sucede lo inesperado. El norte de Europa podría convertirse en un gran productor de electricidad mediante molinos de viento fuera costa.
No tienen la insolación de la península Ibérica, pero el mar del Norte tiene ráfagas de viento capaces de agrupar “granjas eólicas” y generar casi un gigavatio de electricidad, es decir, lo que produce una central nuclear de tamaño medio.
No son los molinos de viento que vemos en la meseta. Son gigantescos turbo generadores de aspas inmensas, situados kilómetros mar adentro y son tan pesados que deben tener una rotación cada 20 minutos para que el molino no sucumba por su propio peso.
Los molinos se anclan en el mar y Dinamarca, con una población próxima a la de Catalunya, tiene dos terceras partes de los molinos instalados en Europa y genera suficiente electricidad para la demanda de 40 millones de viviendas de Europa. Se han agrupado seis países que apuestan por la energía eólica: Alemania, Dinamarca, los Países Bajos, Suecia, Noruega y Gran Bretaña. Por las economías de escala y el avance de las tecnologías, los costes bajan y Gran Bretaña obtiene electricidad a 44 euros por megavatio, una sexta parte del precio al por mayor.
El viento sopla a velocidades de diez metros por segundo y la potencia que genera es difícil de imaginar. En la Costa Brava, incluso con un fuerte Llevant, no son imaginables granjas de molinos capaces de producir los niveles de Dinamarca.
Desde el puerto de Barcelona y por tuberías subacuáticas transportaremos hidrógeno verde a Marsella y desde la poderosa red subterránea de tubería que tiene Francia el combustible más limpio llegará a Rotterdam, Hamburgo y Austria. Pero es un proyecto más caro que el de los grandes molinos fuera costa. Y de nuevo en Dinamarca y Suecia la elevada generación de electricidad de los molinos permite producir hidrógeno verde más barato y accesible a países industriales.
En España, el Consejo de Ministros del 28 de febrero aprobó cinco zonas para el desarrollo de la energía eólica marina. Son la noratlántica (frente a Galicia); la sur atlántica; la del estrecho y mar de Alborán; la levantina y balear y la canaria. ¿Dónde queda Catalunya? En la levantina, pero situada en el norte de la Costa Brava, en plena zona de turismo y pesca. Pero excepto la de Galicia, las demás no tienen ráfagas de viento como las de mar del Norte y es muy posible que se produzca un rechazo en las zonas que dependen del turismo y la pesca.