La petrolera de Arabia Saudí, Saudi Aramco, obtuvo en 2022 un beneficio de 160.000 millones de dólares (150.300 millones de euros), las mayores ganancias obtenidas hasta la fecha en todo el mundo por una empresa cotizada. Detrás de este inédito resultado se encuentra la escalada de los precios de los hidrocarburos tras la invasión de Ucrania.
Saudi Aramco no solo sacó partido del alza de las materias primas, sino también de las sanciones a Rusia, que limitaron la comercialización de su petróleo en los países occidentales. China está elevando su actividad tras levantar este año las fuertes restricciones para contener la pandemia, y la petrolera saudí prevé elevar su producción para sacar provecho de esta tendencia.
Los beneficios de Aramco, un 45% superiores a los del ejercicio anterior, son suficientes para elevar el PIB de Arabia Saudí, que el año pasado creció un 8,7%, según las estimaciones del Gobierno, con lo que bate el desempeño de cualquier otro país del G-20. El consejero delegado de la empresa, Amin H. Nasser, aseguró que las ganancias servirán para estabilizar la región.
11,5 millones de barriles de petróleo al día
"El petróleo y el gas seguirán siendo fundamentales para el futuro y los riesgos de no invertir lo suficiente en esta industria son reales, incluidos los relacionados con aumentos de precios", afirmó Nasser, cuya compañía produjo 11,5 millones de barriles de crudo al día y prevé alcanzar los 13 millones en 2027.
Para elevar la actividad, que consolida a Arabia Saudí como el primer productor de petróleo del mundo, la compañía planea invertir hasta 55.000 millones de dólares este año.
Dividendos para un proyecto megalómano en el desierto
Los dividendos permitirán al príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, desarrollar su gran proyecto de ciudad futurista en medio del desierto, conocida como Neom y con un presupuesto de 500.000 millones de dólares.
El Gobierno del país también quiere lanzar una nueva aerolínea, llamada Riyadh Air y anunciada este fin de semana con el objetivo de llegar a cien destinos en 2030, e invertir en tecnologías bajas en carbono con las que sortear el eventual giro de la economía internacional hacia soluciones más sostenibles.
Los altos precios de la energía ha disparado la inflación en todo el mundo y están poniendo a prueba las relaciones entre el país y Estados Unidos. Arabia Saudí está adquiriendo gran peso estratégico en la región e iniciando una agenda propia de relaciones internacionales en la que se incluye la reanudación de las relaciones con Irán tras años de hostilidad.
Presiones de EE.UU. a la OPEP para que no recorte todavía la producción
La Aministración Biden está presionando a la OPEP para que posponga su intención de recortar la producción de petróleo, lo que elevará de nuevo los precios. El barril cotiza a 82 dólares, pero el año pasado llegó a superar los 120 dólares.
Saudi Aramco tiene como gran propietario al Estado saudí, ya que la parte que cotiza en bolsa desde diciembre de 2019 equivale a apenas el 1,7% del capital. Sus beneficios superan el obtenido de forma conjunta por el resto de grandes petroleras, que son Shell, Chevron, ExxonMobil, TotalEnergies y BP, de 151.000 millones de dólares.
Según el Institute of International Finance, por cada 10 dólares de aumento del precio del barrio, Arabia Saudí ingresa 40.000 millones de dólares adicionales al año. El valor en bolsa de la petrolera es en la actualidad de 1,9 billones de dólares.