Dos de los seis grandes bancos estadounidenses, Goldman Sachs y Morgan Stanley, también han acusado en sus últimos resultados la drástica caída en las operaciones de compraventa de empresas y en las salidas a bolsa en la parte final del 2022. Ambas corporaciones anunciaron ayer por separado unos beneficios que, en conjunto, suman 22.290 millones de dólares (20.647 millones de euros), un 40% menos que en el ejercicio anterior. La caída se debe sobre todo al drástico retroceso en el negocio de banca de inversión, que es uno de los más rentables.
Goldman Sachs ganó 11.261 millones de dólares el año pasado, un 48% menos que en el 2021, después de que el beneficio apenas alcanzase los 1.330 millones de dólares en el cuarto trimestre, un 66% menos que en el mismo periodo del 2021.
Los resultados quedaron muy por debajo de las previsiones de los analistas. “Solo decir que el último trimestre fue decepcionante”, señaló el consejero delegado del banco, David Solomon.
Lo ocurrido con Morgan Stanley es parecido: ganó 11.029 millones de dólares en el año, un 27% menos, tras recortar un 40% el beneficio en el cuarto trimestre.
Los dos bancos aluden en sus resultados al complejo momento económico y reconocieron las dificultades en el negocio de banca de inversión. En el caso de Goldman Sachs se añade un peor comportamiento en la banca de consumo, para la que ha realizado una provisión específica de 972 millones de dólares ante el riesgo de impagos.
La élite bancaria prepara recortes de plantilla
Las subidas de tipos de interés en Estados Unidos, que este año podrían superar el 5%, condicionan el negocio de los bancos del país, que están abordando provisiones milmillonarias ante el posible deterioro en los pagos de sus clientes. Al reducirse la liquidez de los últimos años, se ha producido un parón en las fusiones y adquisiciones, y con ello una fuerte caída en los ingresos de la banca de inversión.
El retroceso en los resultados de la banca de inversión ha provocado una oleada de recortes de empleos entre los bancos estadounidenses. El plan más agresivo es el de Goldman Sachs, que ha anunciado la salida de 3.200 empleados tras “la ralentización” de este negocio, pero otros grupos como Citi o la gestora Blackrock también han iniciado ajustes de plantilla.
Morgan Stanley tiene en marcha un plan de salidas que afectará a 1.600 empleados y que tiene también como objetivo reducir los costes ante el riesgo de una recesión en Estados Unidos. Sin embargo, ha sido capaz de compensar parcialmente el retroceso en la banca de inversión con un mejor comportamiento en su división de gestión de patrimonios, en los que ha sacado partido de las subidas de los tipos de interés y de la mayor rentabilidad en las inversiones en renta fija.