El Banco Mundial ha recortado esta tarde de forma sensible sus previsiones de crecimiento para este año. El 2022 acabará con un alza del 2,9%, un dato que es casi la mitad del que se marcó en el 2021 (5,7%) y que es muy inferior a las anteriores previsiones de este organismodel mes de enero (un 4,1%).
Inflación elevada y bajo crecimiento
La organización reconoce que el período de estanflación puede ser "prolongado"
"La invasión rusa de Ucrania ha magnificado la desaceleración de la economía mundial, que está entrando en lo que podría ser un período prolongado de débil crecimiento y elevada inflación", sostiene la organización.
El mensaje es claro: ya no hay un mero riesgo de estanflación, sino que la actual situación de repunte de los precios y estancamiento económico podría durar varios meses. "Para muchos países, la recesión será difícil de evitar", ha advertido el Presidente del Banco Mundial, David Malpass.
La institución intenta hacer un paralelismo entre la actual coyuntura y la que se vivió en los años setenta, cuando los tipos de interés llegaron a subir hasta el 20%. En su análisis, destacan elementos similares, como las "persistentes perturbaciones de la oferta que alimentan la inflación, precedidas de un prolongado periodo de política monetaria muy acomodaticia en las principales economías avanzadas" y las "perspectivas de debilitamiento en las economías emergentes con respecto al endurecimiento de la política monetaria que será necesario para frenar la inflación".
En cambio, respecto a hace 40 años, el Banco Mundial percibe una menor dependencia energética, un dólar más fuerte y una mayor credibilidad de los bancos centrales, lo que en teoría debería ayudar a salir del bache sin medidas tan drásticas como entonces.
No obstante, en un aspecto el Banco Mundial es especialmente severo: no se esperan cambios a corto plazo. "El próximo año no se prevé ninguna mejora del crecimiento mundial, ya que muchos vientos en contra -en particular, los altos precios de las materias primas y el continuo endurecimiento de la política monetaria- persistirán". Además, añaden la presencia de factores negativos como "la intensificación de las tensiones geopolíticas, la inestabilidad financiera y el empeoramiento de la inseguridad alimentaria".
Cambio de ciclo
En la próxima década el crecimiento será inferior a media de los años 2010
Estamos, por lo tanto ante un cambio de ciclo más que una tormenta pasajera. La institución que preside David Malpass cree que "para el resto de esta década, se espera que el crecimiento se mantenga por debajo de la media de la década de 2010". Para terminar, el Banco Mundial cierra con una analogía histórica que suena como advertencia: "la recuperación de la de la estanflación de la década de 1970 requirió fuertes aumentos de los tipos de interés por parte de las principales economías avanzada para sofocar la inflación, lo que desencadenó una recesión mundial".