Comienza la reconstrucción

Opinión

Comienza la reconstrucción

En la mitología griega se cuenta la leyenda del ave Fénix, que resurge de sus cenizas y vuelve a volar. Esta criatura fantástica podría simbolizar la recuperación que se ha producido en el 2021 emergiendo del abismo de la covid. Así es como describe el economista Rafael Pampillón (IEB) el cierre del pasado ejercicio. Todos los datos han permitido visualizar una recuperación espectacular en el último trimestre, en el que España se ha convertido en uno de los países que más está creciendo del mundo. Una tendencia que se proyecta sobre los dos próximos años. Es cierto que aún no hemos recuperado todo lo que se perdió en la pandemia. Seguimos a una distancia de un 6% del PIB que teníamos en 2019.

También es cierto que el fuerte incremento de la inflación ha potenciado una recuperación que puede ser más técnica que real, ya que se ha perdido poder adquisitivo. Tampoco hay que echar en saco roto el brutal endeudamiento que se ha producido en estos dos ejercicios de pandemia y que una buena parte del empleo creado se ha localizado en el sector público. Aún hay 200.000 ocupados menos en el sector privado. Dicho de otra manera, hay menos gente creando riqueza.

Como en cualquier recuperación aún queda mucho camino por delante, pero ya hemos roto el hielo

Todo es verdad, como se ha encargado de poner de manifiesto la oposición conservadora. Por tanto, sobra el exceso de euforia con el que la vicepresidenta económica Nadia Calviño ha lanzado las campanas al vuelo. Pero hay que poner las cosas en su justo término. En una década hemos vivido la mayor crisis financiera de los últimos 80 años y una pandemia que ha sido comparada con la tercera guerra mundial. Dos acontecimientos brutales que nos amenazaron con no volver a levantar cabeza.

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Rafael Nadal tras realizar el último punto de partido que le dio la victoria en el Open de Melbourne (Australia)

DPA vía Europa Press / EP

Y aquí estamos, andando de nuevo. Magullados, heridos y cansados pero dispuestos a seguir adelante como si fuéramos Rafa Nadal. Lo importante no es tanto poner el foco en que la situación sea mejor o peor de la que tuvimos antes de la pandemia. ¡Por supuesto que no! Lo relevante es que el país se está normalizando y que se ha iniciado la reconstrucción. Y esto ha sido posible gracias a dos decisiones bien tomadas: la vacunación masiva y el uso de los ERTE para evitar que las empresas quebrasen.

La normalidad se está recuperando gracias a las exportaciones. Tal como ha sucedido en otras crisis, el motor de crecimiento es la venta al exterior. Esto explica que las empresas estén invirtiendo y creando empleo, lo que reduce significativamente el déficit público, y que se esté ampliando nuestro superávit con el exterior. Una vez que las empresas han accionado el motor de arranque, tomará el relevo el consumo, que representa dos terceras partes del PIB. La venta de viviendas ya está en valores de prepandemia, el turismo presenta buenas expectativas y la recaudación fiscal se ha disparado, especialmente gracias al IVA que pagan las empresas. Como en cualquier recuperación, aún queda mucho camino por delante, pero ya hemos roto el hielo.

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