Recuperando
Ahora dicen que no a ampliar el aeropuerto de Barcelona. Aena está dispuesta a invertir 1.700 millones para ampliarlo. Cuando volvamos a la normalidad el aeropuerto estará colapsado. Casi lo estuvo antes de la covid. Pero tenemos políticos explorando qué les conviene más decir y no qué es mejor para el futuro de Barcelona. Los que nos movemos por España y el mundo (sin decirlo en público), comentamos cómo Madrid va subiendo y Barcelona cayendo. En Madrid están entusiasmados, se apuntan a proyectos de futuro y los impulsan. En Barcelona hay un ambiente pesimista. Además el entusiasmo de Madrid crece con los entusiasmados de Barcelona yéndose a Madrid.
Si nos dejásemos de política y trabajásemos, podríamos ser la ciudad más interesante del mundo. Tenemos excelentes colegios, universidades, escuelas de dirección de empresas, hospitales, empresas financieras, de consultoría, de servicios (tecnología, logística, publicidad, etcétera). Una base industrial bien diversificada. Nos quedan algunas empresas líderes internacionales con propietarios emprendedores. Pero esto parece que se va apagando y marchándose.
En Madrid están entusiasmados, se apuntan a proyectos de futuro
El aeropuerto de Barcelona ha sido uno de los motores que nos llevó arriba. Por mi trabajo como profesor en el IESE cuando paso por el aeropuerto me encuentro empresarios a quienes he tenido el honor de conocer. Los altos directivos han de viajar optimizando su tiempo.
Barcelona se hermanó con Boston. Allí está Harvard, el Massachusetts Institute of Technology (MIT), la Boston University. Allí la medicina, la tecnología, la arquitectura, la economía, la dirección de empresas son importantes y quieren ser el primer lugar del mundo. En la otra punta está Shanghai con la que también nos hermanamos y quiere tener las mejores escuelas, hospitales, centros de I+D de China y del mundo. Podemos ver cómo Boston y Shanghai van ganando y Barcelona va perdiendo y nuestros hijos y nietos se van a Madrid o más allá.
Ahora parece que un laguito es más importante que el aeropuerto para el futuro de Barcelona. Podemos mover el laguito pero no el aeropuerto. Ampliar el aeropuerto permitirá más vuelos directos con ciudades del mundo y podríamos mantener las oficinas centrales de muchas empresas, sus centros de I+D, y algunas de sus fábricas, seguir con los mejores hospitales, universidades, escuelas, empresas intensivas en innovación, diseño, tecnología.
La ampliación del aeropuerto no es un capricho de nadie. Si Aena está dispuesta a invertir quiere decir que espera atraer unos cuantos millones más de pasajeros a Barcelona (estudiantes de intercambio, pacientes que vengan a tratarse en nuestros fantásticos hospitales con los mejores médicos del mundo, empresarios, turistas). Los aviones del futuro serán más silenciosos (lo están trabajando) y más rápidos. Naturalmente los terrenos que se tengan que utilizar habrá que pagarlos bien. Cuando veamos que el número de empresas sube y que vuelven las que se han ido querrá decir que Barcelona va a por el primer puesto del mundo.