“La fusión entre CaixaBank y Bankia tiene mucho sentido económico y estratégico y queremos que pase a la historia como una gran operación”, ha asegurado el consejero delegado de la entidad catalana, Gonzalo Gortázar. Ha recordado que a principios de diciembre serán las juntas de accionistas de los dos bancos y ahí arrancará el proceso de integración. Se prevé que esta fusión concluya en el primer trimestre del año, aunque la integración tecnológica se vaya hasta finales del próximo año.
El directivo ha recordado que ambos bancos tienen experiencia “en integrar” otras entidades, pero ha advertido que 2 más 2 no son siempre 4, sino que a veces son tres porque hay que cuidar otros aspectos, como “los clientes, los empleados o los accionistas”.
Está pendiente el ajuste de plantillas
La integración sumará 45.000 empleados
El consejero delegado ha hecho hincapié en que ambas entidades sumarán 45.000 empleados y los que se queden “tienen que estar muy motivados” para no perder cuota de mercado. No ha dicho ni la cifra de oficinas que se baraja cerrar, ni tampoco el número de empleados que saldrán para ahorrar costes.
En su intervención, Gortázar ha defendido que “la resultante va a tratar de mantener el liderazgo en determinados segmentos, como los seguros”.
Respecto a la crisis de la pandemia, el directivo ha defendido que “nos hemos defendido y la resiliencia” de las empresas ha sido clave para atravesar la crisis. “La comunicación de las empresas con sus clientes ha cambiado porque ahora todo se puede hacer a distancia”, ha asegurado.
CaixaBank ha dado 51.000 millones en crédito durante la pandemia aparte de los créditos con aval, donde ha participado también otorgando un 20% ( 162.0000 operaciones) de los que se han autorizado. De ahí, que Gortázar abogue por la digitalización, pero sin olvidar la sucursal bancaria “para hacer transacciones de valor añadido”.