El bloqueo entre CaixaBank y Bankia fuerza la intervención de Calviño
Sistema financiero
Las discrepancias en la valoración de los bancos paralizan las negociaciones
¿Por qué estudian fusionarse CaixaBank y Bankia?
La fusión de CaixaBank y Bankia, en la práctica una absorción del segundo por parte del primero, está resultando más turbulenta de lo que se había previsto inicialmente. Las diferencias entre las dos partes, el FROB, propietario del 61% que el Estado posee en Bankia, y Criteria, el holding que en nombre de la Fundació Bancaria La Caixa controla el 40% de CaixaBank, han provocado la parálisis de las negociaciones hasta en dos ocasiones, según fuentes informadas consultadas por La Vanguardia .
El último bloqueo, el segundo, se produjo el pasado jueves, cuando se suspendieron las negociaciones a la vista de las dificultades para avanzar en la valoración de ambas entidades. A consecuencia de ello, el programa tentativo previsto, que los consejos de administración de los dos bancos aprobasen justamente hoy iniciar el proceso formal de fusión, se ha aplazado sin que esté establecida una nueva fecha.
El bloqueo, según las mismas fuentes, forzó la intervención, durante el jueves y el viernes, de Nadia Calviño, vicepresidenta tercera y ministra de Economía, que estaba en Berlín, ciudad a la que había acudido a la reunión de ministros de Economía y Finanzas del Eurogrupo.
Conversaciones
Fainé y Calviño comenzaron a hablar sobre el asunto hace ya casi un año
Calviño es la responsable última de la estrategia del FROB, y su intervención introdujo más flexibilidad en la posición de este holding público, lo que permitió reabrir la negociación. De momento, no hay fecha prevista para la celebración de los dos consejos, aunque tras la intervención de Calviño se espera que el próximo martes puedan retomarse las conversaciones, lo que implicaría la posibilidad de que se pudiese formalizar el acuerdo de los consejos de administración esta próxima semana.
Lo que los negociadores deben acordar en última instancia, la ecuación de canje o valor relativo de cada banco en relación con el otro, está resultando más disputado de lo que se había planteado cuando las conversaciones comenzaron. A los cambios en la cotización bursátil desde que los mercados conocieron que la posible fusión estaba en marcha, con una subida de los títulos mucho más pronunciada en el caso de Bankia que en el de CaixaBank, se debe añadir otro factor político nada desdeñable, cual es la presión sobre el Gobierno para evitar críticas por una hipotética venta a la baja del banco que ahora controla holgadamente.
Bankia es una entidad focalizada en una gran cartera hipotecaria, con un estrecho margen de beneficio. Desde el accionariado de CaixaBank, en cambio, se enfatiza que su más diversificado modelo de negocio, especialmente en ámbitos como el asegurador o los canales comerciales de venta de productos de consumo con financiación mucho más rentable para el banco, debe contemplarse a la hora de establecer la mencionada relación de canje de las acciones. En este caso, la evolución de la acción en la bolsa es un factor con menor trascendencia.
Calendario
Las conversaciones podrían retomarse el próximo martes, según las fuentes consultadas
Hasta ahora, la referencia más utilizada ha sido precisamente la cotización en bolsa. Atendiendo a ese criterio, la Fundación bancaria La Caixa, que preside Isidre Fainé, y que actualmente posee el 40% de CaixaBank, tendría en torno al 30% del futuro banco.
Eso equivaldría a estimar la aportación de Bankia al nuevo banco en torno a una cuarta parte del total, un criterio que en principio parecía estar consensuado. La presión política podría haber alterado esa convergencia.
¿Esta divergencia sobre las valoraciones puede poner en riesgo la fusión? Los implicados en las negociaciones descartaban ayer esta hipótesis. Se considera que sería catastrófico que tras reconocer que las conversaciones están en marcha y haber recibido el apoyo, incluso el empuje, de los reguladores, desde el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, a la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, y su vicepresidente, el español Luis de Guindos, y el espaldarazo de los inversores, que saludaron el anuncio con espectaculares subidas de las cotizaciones, la operación no culminara con éxito.
Además, las actuales conversaciones no vienen de ayer. Fainé y Calviño comenzaron a hablar sobre el asunto hace ya casi un año, con más presión por parte del financiero catalán y más tranquilidad de parte de la ministra. La pandemia del coronavirus, con la amenaza de una profunda crisis económica en España, asociada a incrementos de la morosidad y presión sobre los márgenes de los bancos, le dio el empujón definitivo a lo largo del mes de agosto pasado. CaixaBank necesita ampliar su negocio y mejorar así su rentabilidad. El Gobierno, por su parte, ante una posible degradación de la situación a partir de otoño que obligue a capitalizar Bankia de nuevo, ha preferido también buscar una salida.
La situación no deja mucho margen y, de hecho, lo que esperan reguladores, inversores y analistas son nuevos anuncios de fusión.
Pero también es improbable que CaixaBank acepte una valoración de Bankia superior a la manejada, como parece haber sido la posición del representante del Frob en las negociaciones, Jaime Ponce.
Se trata del único aspecto de las conversaciones que ha provocado tensión y divergencia, aseguran las fuentes consultadas. El reparto del poder entre las dos entidades está acordado desde el primer momento, con José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, como nuevo presidente no ejecutivo del banco fusionado, y Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, como futuro primer ejecutivo.