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Martin Wolf: “Lagarde lo intentará, pero no tendrá éxito”

Entrevista

Editor asociado y comentarista económico del ‘Financial Times

Martin Wolf, en los salones del Círculo Ecuestre de Barcelona, el pasado jueves

Mané Espinosa

El Urban Land Institute (ULI) invitó esta semana a Martin Wolf a impartir una conferencia y debatir con sus socios en el marco de su reunión anual en España. El acto tuvo lugar el jueves en el Círculo Ecuestre, y Wolf, uno de los más reputados analistas económicos y comunicadores del mundo, aceptó conversar unos minutos con La Vanguardia .

La amenaza de donald trump

“Es muy posible que repita y haga mayores locuras; muchas cosas pueden ir mal”

Existen problemas de calado en Estados Unidos, Chile, Colombia, China y Hong Kong, Europa y el Brexit... por citar algunos ejemplos. ¿Cuál es la raíz del gran desbarajuste global?

Hay dos asuntos principales en el conjunto del planeta que convierten al sistema en frágil. El primero de ellos es el enorme cambio en el balance global del poder hacia China desde Estados Unidos y Occidente. El segundo desequilibrio es el relativamente pobre comportamiento económico en Occidente, aumentando las desigualdades en muchos países, que fue seguido de una enorme crisis financiera. Una crisis así es desestabilizadora. Eso ha traído consecuencias muy profundas.

¿Cuáles?

Una gran cantidad de gente se siente infeliz con sus vidas, cree que el sistema es injusto y que los políticos convencionales no ofrecen una salida. Por eso, vemos protestas en cualquier sitio, contra democracias o contra regímenes autoritarios. Y lo que es importante, desde un punto de vista global, es que esto está pasando en países que están en el corazón del sistema, como Estados Unidos, con la elección de Trump, el Reino Unido, con el Brexit... La cuestión es si podremos manejarlo adecuadamente.

¿Usted qué opina?

La visión optimista es que, hasta ahora, hemos pasado esta crisis sin asistir a un hundimiento político total, la economía mundial sigue creciendo cada año –no tanto como querríamos, pero creciendo– y, en general, hay paz en el mundo y no tenemos ningún Hitler o Mussolini. En 15 o 20 años habremos realizado la transición a un nuevo mundo, pero esta transición será bastante larga. Por supuesto, puedes imaginar en esta situación frágil que pasaremos por crisis terribles y por desastres: otra crisis en la eurozona que venga posiblemente de Italia –cuando el señor [Matteo] Salvini sea primer ministro, cosa que preveo que pase–, el Brexit se a una realidad y Donald Trump sea reelegido. Es muy posible que Trump repita y también que haga mayores locuras. Hay muchas cosas que pueden ir mal.

En este escenario negativo, ¿podremos capear el temporal si tenemos en cuenta que la deuda mundial se ha triplicado desde la crisis y hay grandes burbujas de activos?

Después del estallido de la crisis, se adoptó la decisión correcta de evitar la implosión de la deuda. ¿Te imaginas una implosión de la deuda a través de una masiva quiebra bancaria? La deuda desaparecería y muchas entidades financieras también, pero tendríamos una Gran Depresión, como en los años treinta... La decisión fue que esto no debía pasar. Se bajaron los tipos de interés hasta mínimos. A ese nivel, la deuda es más fácil de manejar por los menores costes para todo aquel que está endeudado. Hasta ahora, la solución ha funcionado y puede servir para mucho tiempo, aunque no para siempre. No digo que este sea el modelo, pero Japón ha tenido los tipos de interés cerca del 0% durante 25 años. La inflación es todavía demasiado baja, la deuda del gobierno ya no crece. Y es perfectamente estable.

¿No hay riesgo de implosión?

Hay algunos desestabilizadores posibles. El más terrible es que algún acontecimiento pueda pasar. Y yo creo que el euro es probablemente el más vulnerable. No por la economía, sino porque la estructura política no es compatible con una intervención económica. Entonces, puedes tener una crisis política en una nación que no acepta el resultado económico de la eurozona, posiblemente desencadenando una crisis de la deuda o alrededor de los bancos o una recesión severa. Y la cuestión es qué haría el BCE en este país y cómo reaccionarían los políticos en este país. Y yo puedo asumir que si ellos fallan en la respuesta, nos encontraríamos con una recesión significativa, posiblemente una crisis política en alguno de los países miembros tan profunda que pueda llevar al colapso del euro. Esto es posible, pero no pasó con Grecia y no creo que pase con Italia.

La cuestión es, si viene una gran crisis, ¿qué puede hacer el BCE con los tipos de interés en el 0% y la economía yendo hacia una recesión?

Como ha dicho recientemente Christine Lagarde, necesitas la política fiscal. Pero nada de esto va a pasar. Por lo que tú puedes imaginar que algo terrible va a pasar con la eurozona.

El riesgo de la eurozona

“El euro es vulnerable, no por la economía, sino por política, y traería una crisis de la deuda”

¿No hay esperanza? ¿No se puede revertir la situación?

Sí, hay un escenario positivo: que la eurozona tenga una recuperación real en inversión y crecimiento. Entonces, habrá un problema de transición en el que los tipos de interés puedan subir y el coste de la deuda se incremente. Muchas compañías y estados, que tienen actualmente una deuda muy baja, podrán manejar la situación, excepto, quizás, los que están hiperendeudados. Algunos de estos caerán en la insolvencia.

Esa será la tarea de Christine Lagarde, recién aterrizada en el BCE y con un papelón...

Ella heredó de forma bastante consciente de Mario Draghi la decisión de aprobar nuevos estímulos justo en el mes anterior a su llegada al poder. Y ya ha dicho que continuaría con ello. Fue muy controvertida. Mario Draghi lo hizo conscientemente. Quería marcharse de la forma más relajada posible, así que hizo algo controvertido. Ahora, no espero cambios en la política monetaria de la eurozona a no ser que pase algo dramático. Está muy claro que ella está intentando preparar el terreno. Ella es una figura diferente, más política, más influyente políticamente y fue escogida muy claramente por los gobiernos de Alemania y Francia. Ella tiene su apoyo.

Un apoyo relativo, teniendo en cuenta cómo están las cosas en Alemania, ¿no?

Bueno, ahora que Angela Merkel se está yendo, tendremos que averiguar quién la sustituirá. Por lo que respecta a Lagarde, ella tiene que preparar el camino para una acción conjunta de los gobiernos de la eurozona, incluyendo la política fisca en el caso de una severa recesión. O sea, que el BCE deja de ser lo que nosotros llamamos el único juego del pueblo. Y esto es muy sensato. No sé que más puede hacer. No sé si Lagarde tendrá éxito. Probablemente, no, pero lo va a intentar.

Las presiones son muy altas desde distintos ámbitos. ¿Cree que logrará mantener unida la eurozona?

Uno de los grandes éxitos de Dra-ghi fue, hasta uno o dos meses antes de su marcha, mantener al BCE más o menos unido en torno a la política monetaria. Casi unánimemente. El señor [Jens] Widemann, presidente del Bundesbank, estaba, en el fondo, aislado. Ahora, ha habido un cambio en el consejo, particularmente por parte de Alemania, con un nuevo miembro alemán más sensato. Lagarde puede aspirar, por lo tanto, a mantener un fuerte consenso, sin unanimidad, en el consejo del BCE. Esto es muy importante, porque si estuviera completamente dividido entre el norte y el sur, sería un desastre. En ese caso, estaría totalmente politizado y no podría ser visto como un cuerpo técnico. Sería muy peligroso para la eurozona.