La juguetera Educa Borras, con sede en Sant Quirze del Vallès (Barcelona), se declaró en preconcurso de acreedores el pasado mes de octubre para negociar con los bancos una nueva estructura de financiación a largo plazo. El preconcurso, regulado en el artículo 5 bis de la ley concursal, blinda a las empresas durante tres meses –más uno, de prórroga, para formalizar los acuerdos– con el objetivo de evitar que las tensiones de liquidez no entorpezcan la refinanciación de sus deudas.
En el caso de Educa Borras, cuyo presidente y consejero delegado es José Maxenchs, la confianza en el proceso en curso es máxima. La juguetera catalana, nacida en el 2000 por la fusión entre Educa Sallent (fundada en 1967) y la centenaria Borràs Plana (de 1894), está especializada en puzzles, juegos de mesa, de construcciones y el legendario Magia Borras, entre otros. En el 2019 facturará unos 40 millones de euros y cuenta con alrededor de 250 trabajadores en plantilla.
La firma, con fábrica en Sant Quirze del Vallès, factura cerca de 40 millones y tiene unos 250 trabajadores
En los últimos años, la compañía ha crecido con mucha fuerza, tratando de diversificar el negocio y aprovechando las oportunidades que surgían en el mercado. A veces, a través de la compra de sus competidores, como la alicantina Fábrica de Juguetes en el 2011 o Ninco Desarrollos (de vehículos de radio control, el año pasado). Otras, por la vía de las licencias.
Este esfuerzo crecimiento, en un contexto de durísima competencia y crisis del sector, se ha intentado hacer compatible con un esquema de gestión de clientes, proveedores y de financiación que no era sostenible. Educa Borras, con una actividad fuertemente estacional, paga actualmente a sus proveedores a 45 días, pero cobra de sus clientes a 150 días, lo que le exige una altísima financiación del circulante.
Esta realidad, unida a la concentración bancaria por las absorciones de Catalunya Banc por el BBVA y del Popular por el Santander –entre otras– y a las consecuencias de lo anterior en la gestión de riesgos, ha sido lo que ha puesto sobre la mesa la necesidad de ordenar el pasivo de la empresa. “Educa Borras es una muy buena empresa, pero sus gestores deberían haber buscado antes otras alternativas de financiación complementarias a la banca; ahora, está claro que necesitarán hacer algunas otras cosas”, comentan fuentes financieras.
Maxenchs resaltó ayer que “la empresa funciona con absoluta normalidad, sirviendo a los clientes en tiempo y forma, sin ninguna incidencia”. Además, el máximo accionista y directivo de Educa Borras dijo que espera que la refinanciación de la deuda de la compañía culmine con éxito.