Joan Font compra a su hermano Josep el 50% del capital de Bon Preu
Fin a un conflicto familiar
La mitad del grupo de distribución se ha valorado en más de 300 millones
Joan y Josep Font Fabregó, copropietarios del grupo de distribución Bon Preu, han puesto fin a la batalla judicial que les enfrentaba desde hace casi año y medio y seguirá cada uno su camino empresarial por separado. El pacto, adelantado hoy por La Vanguardia y confirmado por la empresa esta mañana, consiste en la compra por parte de Joan Font, presidente y propietario del 50% del grupo, de la participación de Josep, exvicepresidente y dueño del otro 50%, por algo más de 300 millones de euros. El pago comprende una parte en efectivo y otra en activos inmobiliarios no relacionados con la actividad. Bon Preu no le pagará ningún alquiler a Josep Font.
“A lo largo del día de ayer se llegó a un acuerdo entre los accionistas de Bon Preu por la cual Balloo d’Inversions [la patrimonial de Joan Font] compra el 50% de las acciones de la empresa a Espai d’Inversions [sociedad de cartera de Josep Font]”, dice el comunicado de la firma de distribución, en la que no aparece el nombre de Josep Font.
Joan Font es ya el único accionista. “Esta reordenación asegura la continuidad del grupo Bon Preu en su integridad, en su estrategia de crecimiento y de generación de riqueza y puestos de trabajo en la que estamos inmersos desde siempre”, añade la nota.
Fin a dos años de litigios
Josep Font demandó en marzo del 2018 a su hermano para que le comprara su 50%
La salida pactada al conflicto accionarial de la empresa llega tras meses de negociaciones y apenas dos semanas después de que la Audiencia Provincial de Barcelona desestimara el recurso de Josep Font contra una sentencia del juzgado mercantil 8 de Barcelona que rechazó fijar un precio por el 50% de Bon Preu, como había pedido en marzo del 2018. El fallo judicial tenía un voto particular favorable a las pretensiones de Josep Font, el demandante. Ante esta decisión judicial, el exvicepresidente del grupo anunció que acudiría al Tribunal Supremo.
De seguir adelante esta vía, el conflicto se hubiera enquistado, complicando la adopción de acuerdos en las juntas de accionistas de Bon Preu, como ha ocurrido en los últimos años. Y tampoco hubiera prosperado, a la espera de un pronunciamiento del Supremo, el reparto de los activos del grupo entre los dos hermanos iniciado por Joan Font y bloqueado por Josep.
La única solución era pactar. Y hacerlo rápido, si fuera posible. Para Joan Font, que tenía claro desde un principio que su deseo de seguir con la empresa pasaría –antes o después– por la compra del paquete accionarial de su hermano, lo importante era no poner en riesgo el futuro del grupo. Si Joan Font ha accedido al acuerdo es porque considera que el importe que deberá abonar por el 50% y las condiciones de pago suponen un compromiso asumible por el grupo.
Por su parte, Josep Font tenía también toda la determinación por llegar a un acuerdo y vender su parte a su hermano, pero no estaba dispuesto a hacerlo a cualquier precio. Los más de 300 millones de euros acordados suponen valorar Bon Preu en unos 600 millones, muy cerca de la valoración máxima realizada hasta ahora por Joan –la encargada a KPMG– y 360 millones menos que la mínima encargada por Josep –la de Mazars–, ambas del 2017.
Primer grupo catalán
Bon Preu ha seguido creciendo estos años y prevé facturar unos 1.500 millones este año
Bon Preu es el primer grupo de distribución de capital catalán. Cuenta con 131 supermercados Bon Preu, 54 hipermercados Esclat y 49 gasolineras EsclatOil, la mayoría en Catalunya pero también con centros en la Comunidad Valenciana. En el último año, la facturación del grupo alcanzó los 1.350 millones de euros y en este ejercicio, gracias a la aportación de las ventas de los nuevos establecimientos abiertos entre el ejercicio pasado y el actual, prevé superar los 1.500 millones.
El grupo Bon Preu, fundado en 1974 y con sede en Les Masies de Voltregà (Osona), parece haber resistido muy bien las desavenencias de sus hasta ahora dos únicos accionistas. Como admiten ambas partes, Josep Font, de 66 años, nunca ha cuestionado la gestión de su hermano y dejó su puesto de administrador único en enero para favorecer el pacto. Pero es obvio que ahora, una vez que se rubrique el acuerdo y se ejecute la operación, Joan Font, de 68 años, tendrá las manos libres para implementar su estrategia sin tener que preocuparse de nada más.