Trump, aranceles, inflación y guerras mantienen el atractivo del oro. Rondando los 3.000 dólares la onza y en máximos históricos, sea para refugio o invertir muchos interesados suelen pasar por alto el impacto fiscal. Su posterior venta para recoger ganancias o tener liquidez tributa, e incluso puede darse el caso con la simple posesión.
“La compra de oro físico –monedas y lingotes– no tributa, ni tan solo por IVA si se considera oro de inversión, una categoría que depende del peso, la pureza y otros requisitos legales”, expone Benja Anglès, profesor de derecho financiero y tributario de la UOC. Además del oro tangible, la inversión se canaliza a través de fondos cotizados (ETF) o con acciones de firmas del sector, como mineras.
Diferentes caminos, igual destino: la ganancia con la venta va a la base del ahorro en la declaración de la renta (IRPF) y abona del 19% al 30%. “Se tributará solo cuando se venda, en función de la ganancia o pérdida que se genere por la diferencia entre el precio de venta y el precio de compra que se pagó en su día”, sigue Anglès. Se aplica tanto para el oro físico como las alternativas de ETF y acciones, ya que en estos casos se calcula la diferencia entre el valor de compra de la participación y la venta. “Cada vez se ve más inversión a través de ETF por la facilidad de acceso a plataformas”, comenta Marta Rayaces, responsable de inversiones de TaxDown.
El primer tramo de ganancias, hasta los 6.000 euros, tributa al 19%
Los movimientos del 2025 se liquidarán en la campaña de la renta del año que viene. El primer tramo, hasta 6.000 euros, grava las ganancias al 19%. De ahí va escalando hasta el 30%, para 300.000 euros. Por ejemplo, quien comprara una onza de oro cuando cotizaba en 2.000 euros y lo venda a 3.000, tributará por los 1.000 de beneficio al 19%, es decir, 190 euros. En el apartado de la base del ahorro se tienen en cuenta todas las operaciones con beneficio o pérdida que recoja la normativa, por lo que si se combina la venta de oro con acciones o una vivienda se puede acabar con tipos elevados. Si se suman 50.000 euros de ganancia de un piso, ya tocaría el 23%. Si existen pérdidas, sirven para compensar otras ganancias, hasta un límite del 25% anual por cuatro años sucesivos.
Otra derivada fiscal está en el impuesto sobre el patrimonio. La tenencia de oro se sumará al resto de bienes y se deberá tributar por ello si se superan los mínimos exentos autonómicos, con variaciones sobre los 700.000 euros por defecto. “Se debe revisar la regulación territorial para determinar la tributación exacta”, sigue Anglès. “El inversor común no tendrá que reportarlo”, plantean desde TaxDown.
Hacienda tiene muchas herramientas para seguir el rastro de compras y ventas si uno cree que puede escapar. Si vende a una empresa o tienda, cumplen obligaciones de información contra el fraude y blanqueo, que llevan a identificar a la persona y a registrar las operaciones. Por su lado, la banca debe informar de ingresos o retiradas de efectivo de más de 3.000 euros. Y en las operaciones con ETF y acciones las plataformas tienen requisitos de información cada vez mayores. “No es descartable que la Agencia Tributaria lance avisos en la campaña si detecta un gran movimiento de inversores”, explica Rayaces.
Como sea, el apetito sigue. “España es el segundo país más activo tras Alemania. El español siempre ha tenido una fuerte afinidad cultural por el oro, y en los últimos meses se han mostrado particularmente activos”, señala Daniel Marburger, director de la firma de compra de oro físico online StoneX Bullion. Un lado es el refugio y otro la inversión: “La fluctuación del precio crea oportunidades que los más experimentados están aprovechando”.
Al comparar alternativas, Marburger valora que el oro físico “ofrece propiedad sin riesgo de contraparte”. “ETF y acciones mineras pueden brindar exposición al oro, pero conllevan riesgos diferentes, incluida la volatilidad del mercado y decisiones de gestión”, dice. Sobre evolución de precios, los analistas lo ven al alza en el medio y largo plazo, expone: “Podríamos ver nuevos máximos los próximos años si la incertidumbre persiste”.
Europa destaca en los ETF
Los ETF ligados al oro han vivido en enero la mayor entrada de inversión desde Europa en casi tres años, con un repunte de 3.145 millones de dólares (+3%), según datos del World Gold Council. Los europeos tienen 120.000 millones de dólares de los 294.000 millones totales invertidos. Solo se ha visto un leve retroceso en América del Norte en el arranque del ejercicio, con más salidas que entradas y un balance negativo de 500 millones. En todo caso, sigue como la zona con más fondos, con 149.000 millones.