El inicio del año deja subidas de impuestos en luz y alimentos, incrementos en los servicios y la resaca de las compras navideñas pesando en los bolsillos. El gasto se prolonga con las rebajas y pasarse del presupuesto abre la puerta a un endeudamiento que se acaba arrastrando todo el año.
“Uno de cada cuatro futuros sobreendeudados empezará a serlo en estas fechas”, señala Pedro Javaloyes, portavoz de Agencia Negociadora, fintech de intermediación especializada en refinanciaciones. “Desde el black friday hasta después de Navidad es una época muy peligrosa”, incide. Demasiados incentivos de gasto y subidas de facturas inevitables que pueden llevar a gastar de más y acabar financiando todo. Financiar no es malo por sí mismo, siempre que se tenga control. Pero un mal paso puede llevar a otro, y en una bola de nieve terminar con pagos imposibles.
Empezar a financiar también los gastos corrientes es uno de los puntos de no retorno
En base al análisis de más de 25.000 refinanciaciones, señala que normalmente ya se cuenta con una hipoteca, luego se pide un crédito para el coche o un electrodoméstico y después para las vacaciones. Situación común, pero que deja una financiación soportada ya elevada. Si aparece un imprevisto –como quedarse en paro o una urgencia familiar– se acaban financiando bienes que no son de primera necesidad –entretenimiento– y gastos corrientes, que se han vuelto más caros este enero, lo que obliga a tener cuidado estas fechas evitando financiar en exceso, sobre todo si ya se soportan más deudas. Porque tras todo esto el sueldo ya no llega y se tira de más crédito para cubrir los anteriores. “El máximo de ingresos que destinas a deuda –hipoteca, préstamos, tarjetas...– debería ser el 50%, es el momento de poner freno”.
Si parece que aún hay margen, los imprevistos “hacen un roto y suelen ser la puntilla”. “En un momento no llegas a tener espacio para gastos corrientes, como repostar gasolina o el súper, y los financias”. Lo mismo para la cuota de la hipoteca. Al final, la única salida puede ser agrupar y refinanciar las deudas, “ya en situaciones críticas, donde ni sabes lo que debes”, expone Javaloyes.
Uno de los grandes problemas es que uno se endeuda más rápido de lo que puede luego recortar el pasivo pendiente. Sobre todo con el crecimiento de las opciones de crédito rápido. “El dinero, cuanto más accesible es, más difícil y caro de devolver es”, alerta. Lo cierto es que el contexto no acompaña. Según un estudio del comparador de precios Idealo, la actual es la cuesta de enero más cara de la historia. “Cada vez es más difícil subir la cuesta de enero. Y como las ofertas se reparten a lo largo del año, las rebajas no tienen tanta potencia, sobre todo si hay tantas subidas de precio”, comenta Kike Aganzo, portavoz del comparador. Los precios crecen de media el 11% desde el 2020. En el caso de la electrónica, una de las favoritas estas fechas, se dan subidas del 38% en tabletas o del 35% en móviles. Vistas las subidas y ya inmersos en rebajas, el último de los grandes gastos de la seguidilla de fechas, el consejo de Aganzo es comparar precios y hacer seguimientos todo el año. Sobre todo para productos que no sean una necesidad, “porque quizás el precio no está tan bajo como en otras épocas”. De ejemplo pone el típico de la ropa de esquí, que conviene comprarla en verano.
En rebajas, apuesta por una lista de compras partida en dos: “Cosas que necesitamos sí o sí, como una chaqueta, y caprichos que solo compraremos si realmente hay una buena oferta”. Así se consigue priorizar y ceñirse más al presupuesto, otro de los puntos clave. “Tener una cifra marcada sirve para no pasarse o endeudarse tanto”, añade.