El principal accionista de Talgo será español. La apuesta del Gobierno ha triunfado después de meses de negociaciones y una última semana de vértigo. Según un comunicado remitido este viernes a las Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMV), el consorcio formado por Clerbil (propiedad del empresario propietario de Sidenor, José María Jainaga), el fondo de inversión del Gobierno vasco,Finkatuz, y las fundaciones BBK y Vital serán los nuevos propietarios del 29,8% de Talgo, hasta ahora en manos del fondo de inversión británico Trilantic.
Solo habrá canje de las acciones de Trilantic
Tras unas negociaciones de vértigo, Trilantic ha conseguido su objetivo de que su participación en Talgo sea pagada a cinco euros por acción. La operación se ha cerrado con canje en dos fases tal y como había ofrecido iniciamente Sidenor. El primer tramo supone una remuneración directa de 4,15 euros por acción, mientras que el segundo tramo sería un variable que ha pasado de los 0,65 inicialmente ofertados por el consorcio a 0,85 euros por acción y que se liga al cumplimiento por parte de Talgo de determinadas magnitudes financieras durante los ejercicios 2027 y 2028, pendientes de ajustar y que será comunicadas a la CNMV en los próximos días, según apunta el comunicado. En total, supone valorar la compañía en unos 180 millones de euros.
Trilantic ha aceptado este canje tras una semana de vértigo en la que el consejo de administración del fabricante de trenes español ha saltado por los aires. Primero con la dimisión, el pasado lunes, de los propios consejeros de Trilantic, a los que se unió el representante de la familia Abelló y del que este mismo viernes también ha salido el vicepresidente de la compañía José María Oriol, uno de los representantes de las familia fundadora de la compañía y propietario del 1,38% del capital.
Los fondos indio y polaco desisten de presentar ofertas
El principio de acuerdo llega una vez que el fondo indio Jupiter Wagons y el Fondo Polaco de Desarrollo, PFR, hayan desistido de materializar el interés de lanzar una oferta por el 40% de Talgo en manos del vehículo de inversión Pegaso Transportation (participado por Trilantic, con el 29,8%; la familia Abelló con un 7,5% de Pegaso y la familia Oriol, fundadora de la compañía, con un 7%). Al sobre pasar el 30% de todo el capital de Talgo implicaba lanzar un opa por el conjunto de la compañía y esa fue la intención que PFR llegó a confirmar ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el pasado lunes.
Aunque en ningún momento llegó a confirmarse el precio de esa opa, fuentes conocedoras de la operación apuntaban a los cinco euros por acción. Era lo que Trilantic estaba reclamando desde hacía un año. Era el precio por el que en marzo de 2024 lanzó su opa el consorcio húngaro Ganz-Mavag. Una operación que nunca gustó al Gobierno de España y contra la que el propio ministro de Transportes Óscar Puente, cargó desde el primer momento asegurando que el Gobierno haría todo lo posible para evitar que Magyar Vagon, empresa detrás de la operación, tomase el control de Talgo.
El Gobierno justificó entonces su oposición alegando la condición de Talgo como empresa estratégica para España, es la única del mundo con tecnología de doble ancho ferroviario, y enarboló el escudo antiopas, aprobado durante la pandemia y ampliado en diversas ocasiones, para garantizar que inversores extranjeros no tomaran posiciones de dominio en empresas estratégicas españolas. Una oposición reforzada por las conexiones de Magyar Vagon con el gobierno húngaro del ultra derechista Viktor Orban. En agosto llegó el veto oficial.
Desde entonces, todo el interés del Ejecutivo ha sido encontrar una salida para Trilantic, liderada por empresas españolas. El del fondo británico era mantener un canje de 5 euros por acción en su salida. Tras diversas tentativas se materializó la liderada por el empresario vasco José María Jainaga, presidente de Sidenor. El problema siempre ha sido el dinero. Jainaga no podía permitirse ofrecer los 619 millones de euros por Talgo que habían presentado los húngaros. Durante toda la segunda mitad del año, se buscaron compañeros financieros y finalmente estos afloraron en el entorno vasco. El fondo de inversión del gobierno vasco, Finkatuz, junto con las fundaciones de las antiguas cajas de ahorro BBK y Vital.
Protagonismo político
El Ejecutivo español, apoyado por el Gobierno vasco, ha sido el encargado de aupar la opción Sidenor y desactivar los otros intereses que a lo largo de estos meses han ido aflorando en el mercado y más concretamente en las últimas semanas el del fondo indio Jupiter Wagons, que nunca ha llegado a presentar interés formal y, sobre todo el del Fondo Polaco de Desarrollo PFR que el lunes pasado comunicó a la CNMV su disposición a lanzar una opa por el 100% de Talgo antes de que este viernes finalizase la fecha límite establecida por Trilantic para recibir ofertas, incjluso tras las reunión que el propio presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se reuniera unos días antes con su homólogo polaco, Donald Tusk, en Bruselas.
Ante la urgencia, el propio ministro de Economía, Carlos Cuerpo, viajó este miércoles a Varsovia para desactivar la operación tras reunirse con todos los ministros de áreas económicas del Gobierno polaco. “Habrá acuerdos con PFR con opa o sin ella”, decía Cuerpo.
El control de la compañía se quería mantener en manos españolas. El resto de lo acordado está por ver. Porque si algo necesita Talgo con urgencia es capacidad industrial para dar salida a pedidos de producción de 4.000 millones de euros comprometidos con grandes compañías como Renfe o Deutsche Bahn y cuyos retrasos ya le están acarreando riesgo de sanciones.
PFR es propietario del fabricante polaco Pesa, con el que Talgo tieneun acuerdo de colaboración para presentar un tren de alta velocidad, basado en el español Avril, a los concursos para equipar las futuras líneas de alta velocidad en Polonia. Detrás de la oferta de PFR estaba la oferta de poner al servicio de Talgo su capacidad industrial excedente.
Pero los conflictos en el consejo de administración de Talgo van más allá. El lunes los consejeros de Trilantic, Javier Bañón y Javier Fernando Olascoaga, y el consejero Pedro Manual del Corro, consejero que representaba a la familia Torreal presentaron su dimisión irrevocable para evitar un conflicto de intereses a la hora de que la cúpula de compañía se decantase por las diferentes ofertas que se esperaban. Este viernes, cuando solo parecía estar sobre la mesa la de Sidenor, se conocía la renuncia “por motivos personales” del consejero de Talgo José María Oriol Fabra, vicepresidente no ejecutivo.