¿Un coche 'woke'? Jaguar cambia y se viste de rosa

Visión Global | Reino Unido

La marca ha conmocionado a la industria con la presentación de un prototipo revolucionario al que no han tardado en aparecerle críticos

MIAMI, FLORIDA - DECEMBER 03: Jaguar Type 00 vehicle during Art Miami + CONTEXT Opening Day on December 03, 2024 in Miami, Florida. (Photo by Aaron Davidson/Getty Images for Art Miami + CONTEXT)

El prototipo del Jaguar Type 00 presentado en Feria del Automóvil de Miami

Aaron Davidson / Getty

Hubo un tiempo, en su época dorada de los años sesenta, en que un Jaguar era el no va más del british cool sobre ruedas, el coche que tenían Frank Sinatra y Steve McQueen, Britt Ekland y George Best, actores y futbolistas. Ese boom pasó, como todos, pero la marca quedó como sinónimo de calidad, solidez y prestigio, un coche pensado para ejecutivos de traje, corbata, gemelos y palos de golf y esquíes en el maletero.

Pero en las ocho décadas transcurridas desde entonces, y tras diversos cambios de propiedad, Jaguar ha sufrido con la competencia de BMW, Audi, Porsche o Bentley, coches dirigidos al mismo tipo de consumidor, con frecuencia hombre, a quien la vida le ha tratado bien, pero sin tantas ganas de presumir, de correr (y tal vez de gastarse el dinero) como para un Maserati, un Lamborghini o un Ferrari.

De modo que sus propietarios, la multinacional india Tata, han aprovechado la revolución vigente en el mundo del motor para hacer el equivalente a un cambio de género, y han introducido en la Feria del Automóvil de Miami un prototipo que sus detractores han calificado de completamente woke , de formas y ángulos arriesgados que van contra la convención actual, en dos versiones, una azulona y otra rosa, como para una Barbie ya madura y adinerada. El anuncio que ha acompañado al lanzamiento, en el que no aparece ningún coche, ha sido visto en YouTube por más de tres millones de personas y presenta una serie de modelos de aspecto futurista, con colores chillones, en un paisaje alienígena. Los más conservadores se han llevado inevitablemente las manos a la cabeza.

Los nuevos modelos comerciales están aún en la fase de diseño y sólo se venderán en el 2026

Pero JLR (la marca bajo la que se agrupan Jaguar y Land Rover, con sede social en la ciudad inglesa de Coventry y fábricas en Birmingham y Wolverhampton, entre otros lugares) ha conseguido su objetivo inicial, que era llamar la atención y suscitar la polémica, que se hablara de un vehículo que nunca se va a vender tal y como ha sido presentado en Miami bajo los eslóganes de “romper moldes” y “nosotros no copiamos a nadie”. Las versiones comerciales del prototipo, que no saldrán a la venta hasta por lo menos el 2026, están en fase de diseño y aún no se sabe cómo serán y hasta dónde llevarán ese espíritu innovador.

Aunque en la actualidad la gente no compre muchos Jaguar, el vehículo es un icono cultural que se asocia con la Inglaterra hippy de los sesenta. Después de varios años de descenso que sembraron dudas sobre su futuro, en el 2023 las ventas aumentaron un discreto 7%, que JGL (y sus propietarios indios) han compensado con la popularidad global de los cuatro por cuatro de Land Rover (modelos como el Discovery, el Dfender y el Range Rover), especialmente en China y Norteamérica.

En el contexto de la obligación de abandonar los motores de combustión para que los gobiernos cumplan sus compromisos medioambientales, Jaguar, en su reinvención, ha decidido convertirse cien por cien a la electricidad, pese a que el coste, el radio de acción limitado y la falta de puntos de recarga de las baterías hagan que los consumidores no acaben de verlo claro. Numerosas empresas del sector están en crisis y amenazan con cerrar instalaciones y despedir personal.

La marca, que vio su boom en los años sesenta, ha pasado por diversos cambios de propiedad y actualmente pertenece a la india Tata

El primer Jaguar circuló por las carreteras al poco de acabar la II Guerra Mundial, y la marca ganó prestigio en los años cincuenta y sesenta con éxitos en carreras como las 24 horas de Le Mans. El voluptuoso y alargado E-Type, capaz de alcanzar los 240 kilómetros por hora, causó furor en 1961, pero la firma vive desde entonces en buena medida de la nostalgia y ha sido descrita como “el equivalente de un gran hotel que no se ha modernizado ni tenido en cuenta lo que hace la competencia”. El relanzamiento pretende sacar a la princesa de su sueño y confrontarla con la realidad, ser original pero conservando el caché, y construir una clientela más femenina y familiar que responda a los cambios demográficos y las tendencias de consumo.

Últimamente, según los analistas del sector, la marca no vendía suficientes coches y necesitaba más que una puesta a punto. Por el momento el nuevo Jaguar es un concepto, una idea que está dando mucho que hablar. Aunque para ello se haya tenido que vestir de rosa.

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