Desde que se consumó el Brexit se viene hablando del auge del mercado del arte parisino en detrimento del londinense. Y las cifras así lo corroboran. Pero si durante el año esta rivalidad queda en meras opiniones comparativas, octubre es el mes en que se evidencia de forma más directa dónde está cada una, pues con muy pocos días de diferencia las dos ciudades celebran su semana del arte, incluidas sus grandes ferias, Frieze London y Art Basel Paris. Si bien ambas tienen su propia personalidad, compiten por un segmento de mercado muy parecido, lo que obliga a muchos coleccionistas que no pueden dedicar tantos días a su pasión a tener que elegir entre asistir a una u otra.
Frieze London y Art Basel Paris compiten por un mercado parecido que las espolea
Frieze abrió primero, demostrando que durante los últimos dos decenios ha sido un pilar clave para todo el sector artístico británico. No solo la ciudad vivió con intensidad los días previos, con cenas e inauguraciones vip, sino que las subastas en las grandes casas tomaron el termómetro de lo templado que está ahora mismo el mercado. Y hubo buenas ventas, pero se quedaron en el lado bajo de las estimaciones. La oferta expositiva de sus museos y galerías es de primer nivel, y si le sumamos Frieze Masters, el Sculpture Park en Regent’s y un sinfín de propuestas más, nos vemos en un continuo discurrir por la ciudad. Como decía Eva Langret, directora de Frieze, “esta nunca ha sido una feria solamente comercial”.
Unos días más tarde y a dos horas en Euromed de Londres, abría Art Basel Paris en el recién remodelado Grand Palais. Con 41 galerías más que el año anterior, demostró que lo que está alcanzando Art Basel con su franquicia francesa en estos tres años de vida sobrepasa con mucho lo que la finiquitada FIAC parisina consiguió en sus casi 50 años de historia. Y la ciudad sacó a relucir todo el glamur y el encanto de que es capaz, con su sustrato cultural de exposiciones imperdibles, con la Bourse de Commerce de Pinault y la Fundación Louis Vuitton de Arnault como visitas obligadas. Clément Delépine, director de la feria, afirmaba que con ella “París ha superado la imagen sombría de una ciudad que perdió su preeminencia en el mundo del arte en favor de Estados Unidos”. Esta rivalidad las espolea a sacar lo mejor de ellas mismas. Pero si analizamos con detalle los dos modelos, vemos que siguen el mismo patrón de negocio ferial, atadas a dos capitales que son dos marcas muy potentes internacionalmente.